Capítulo 44.

307 17 0
                                    

Erika POV

Llevaba casi dos días sin salir de casa.

Dos semanas después de la conversación con Marco no lo había vuelto a ver. Ni una llamada, ni un mensaje. Pero, ¿de qué me estaba quejando? No podía reprocharle nada porque había sido yo la causante de que se hubiese alejado de mi.

Y me arrepentía, no sabía cuanto.

Lea por otra parte estaba de viaje. Había ido a visitar a sus abuelos que vivían en Hannover. Me dijo de acompañarla, pero no me apetecía ir a ningún sitio y tampoco quería molestarla. A ella le gustaba la soledad más que a mi y sabía que estar allí con sus abuelos le gustaba más que a nada.

Erik era el único que se había puesto en contacto conmigo. Me había llamado días anteriores y había estado preguntandome por Marco. Le conté que ya no estábamos juntos y en vez de reprocharme solo me dijo palabras de ánimo. Se lo agradecí. También me contó que había estado quedando con Nadja para tomar café o salir de paseo. Me alegré por él, ya me fiaba de ella y si era cierto que se gustaban, daba el visto bueno a esa relación.

"¡Erika!" Escuché la voz de mi hermano al otro lado de la puerta. "¡Eri!"

"¡Pasa!"

Abrió la puerta con cuidado y asomó la cabeza.

"He quedado con Alexis." Hablando de relaciones... "Te quedas sola, ¿vale?"

Asentí con la cabeza mientras se daba la vuelta para marcharse.

Otra vez sola.

Me levanté de la cama cuando el móvil comenzó a vibrar.

¿Marco?

Ilusa.

Era Kai.

Estoy en Dortmund, he venido a ver a un amigo, ¿podemos vernos? 

Claro, salgo de mi casa y nos vemos en Westenhellweg, ¿sabes donde es?

Estoy aquí. ¡Nos vemos!

Mi relación con Kai era buena, era un chico muy simpático y tenía muchas cosas en común con él. No era Erik pero se podía hablar de cualquier cosa.

Me di una ducha rápida y me puse lo primero que pillé. Cogí el bolso, las llaves, el móvil y salí de mi casa a paso ligero. 

Se encontraba sentado en un banco al lado de Pimkie. Llevaba unos vaqueros claros y una camiseta blanca. Nada más verme se levantó y me saludó con una sonrisa.

"¿Cómo estás?" Preguntó.

"Muy bien. Me alegro de verte." 

"¿Que te parece si vamos al cine?" 

Ni siquiera me dejó preguntar por mi madre ni contarle nada cuando estábamos comprando las entradas para ver una película en el cine de Steinstraße.

Era una persona bastante insensible. Las películas de amor no eran lo mío, en cambio vimos una de acción con un final un poco trágico. Estuvo entretenida y la verdad es que me gustó.

"Me alegro que te haya gustado." Dijo Kai mientras caminabamos de regreso al centro. "Tenía muchas ganas de ver esta película."

"Ha estado bien." Respondí. "No sabía que tuvieses amigos aquí."

"Bueno, en realidad el vivía en Gelsenkirchen, pero se mudó aquí. Su padre es policía y lo trasladaron aquí."

"Pues es una suerte que no haya salido de Alemania."

Vidas Cruzadas. « m.r »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora