La alarma suena y yo por costumbre la apago y me voy a meter en la ducha, en el camino comienzo a despertar, a sentir asco, por culpa de la cantidad de alcohol que consumí anoche, pero ya en la ducha me espanto al tratar de recordar cómo llegué a mi casa.
Seguimos tomando en el bar, lo sé, después tengo un leve recuerdo de haber empezado a decir que invitaría a Francisco... estoy casi segura de que bailé con él, tengo la sensación de mi cara en su camisa, pero no estoy segura de si es un recuerdo real o era un sueño, después un recuerdo de estar en auto, pero no estoy muy segura si el recuerdo es de antes o después de la disco. Lo último que recuerdo sé que pasó, nos dimos un beso, en mi sillón. Salgo de la ducha horrorizada, tomo mi toalla y me doy una vuelta por la casa buscando algún indicio. La pieza de invitados tal y como estaba, no hay nadie más, todo ordenado. Desperté con pijama, mi ropa de anoche tirada en el suelo, la cama está desordenada solo de mi lado, lo cual me da cierta calma emocional. Me acordaría ¿Cierto? Jamás he tenido relaciones sin acordarme... qué vergüenza.
Me tomo un anti ácido y algo para la cabeza, un vaso de agua y salgo comiendo una tostada con mantequilla, no me sequé el pelo y espero que mi cara no esté tan terrible, aunque la verdad no me sentía tan mal físicamente como debería. Eso si estoy avergonzada por todo lo que seguramente pasó anoche, miro mi celular, las conversaciones de WhatsApp y quedo impactada, la última conversación fue con Katy, me impresiona que haya sido una conversación, salvo unos pequeños errores, le digo que llegué al departamento, que me avise cómo está Fernanda y que tengo al hombre del traje a mis pies. Lo último así tal cual, sin la h de hombre ni la j de traje. Puedo acordarme de estar escribiendo ese mensaje, pero está la posibilidad de que mi mente esté imaginando la situación.
-Buenos días- Saludo a la otra mesera y me voy a meter al baño.
Mi cara está milagrosamente bien, pero lo único que quiero es irme a dormir. El mensaje lo escribí a las 3 de la mañana, eran las 8:45, la pastelería abría a las 9. Me hice una trenza, salí, me puse mi delantal y llamé a Katy.
-¿Hola?- Se nota que la desperté y que lo único que quiere es seguir durmiendo.
-¿Qué pasó ayer?- Me doy media vuelta para mirar hacia la cocina y no tener que ver la mala cara de mi compañera que está bajando las sillas de las mesas.
-Fernanda se puso a vomitar como grifo y... - Se queda un rato pensando- El tipo de terno nos fue a dejar a la casa de Fernanda... ¿Cómo te fue?- De a poco va despertando y lo último lo dice interesada- ¿No te acuerdas?
-No... tengo borrones y...- Me doy media vuelta y me quedo muda, ahí está Francisco, definitivamente había estado escuchando la conversación, porque está sonriendo, nos separa el mostrador y mi primer pensamiento es tirarme al suelo y hacerme bolita simplemente para que no me vea.
-Te llamo en un rato, hay clientes...- Alcanzo a escucharla quejarse pero corto con la vista fija en él- Hola
-Hola- Me saluda de vuelta, lo miro un rato expectante él mira atrás mío y luego vuelve a mirarme- Quiero un expreso.
-Cierto, bien... un café... siéntate... ósea puedes sentarte, sentarse- Antes de mirarle la cara decidí entrar a la cocina a pasar su orden. Que vergüenza, no era que no quisiera volverlo a ver, pero por lo menos que hubieran pasado un par de días, uno aunque fuera.
Salgo y él sigue ahí parado.
-Ya pasé tu orden, puedes ir a sentarte
-La verdad Isidora quería venir a verte, pero por tu conversación creo que no te acuerdas de mucho- No sé qué decirle, porque no me acuerdo de anoche y porque no puedo creer que haya dicho que venía a verme.
-Ayer me pasé de verdad y te pido perdón... por lo que sea- Me mira a los ojos tratando de averiguar algo.
-¿De verdad no te acuerdas de nada? ¿Nada?- Mierda... no.
-¿Lo hicimos?- Le susurro acercándome para que pueda escucharme.
-No... - Se ríe y parece algo aliviado.
-Sí me acuerdo que nos dimos un beso- Él se mira las manos.
-Quería ver cómo estabas, trabajo aquí cerca y entro en 30 minutos... me tengo que ir- Se ve que está algo contrariado y estoy segura qué hay algo importante que no me dice, venir solo a ver cómo estoy... no tiene sentido... no si quiere hacerse el interesante y tampoco había quedado tirada en la calle como para que esté realmente preocupado, algo no calzaba.
Deja un billete encima del mostrador y se demora un poco en mirarme
- Qué tengas un buen día- Me dice y sin esperar mi respuesta se va.
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El hombre de traje
RomanceIsidora quiere ser escritora y para inspirarse observa a las personas pasar frente a ella, inventándole historias a las personas que terminan dándole vida a sus personajes. Pero ¿Por qué no es capaz de inventarle una vida al hombre de traje?, extrañ...