Francisco me había dicho Buenos días temprano y parecía como si no pudiéramos dejar de hablarnos por WhatsApp, cosas sin sentido, mandarnos fotos, molestarnos. Un par de clientes me mencionaron que me veían más alegre y era verdad. Con los collares me estaba yendo muy bien, estaba totalmente inspirada en una novela de amor, pasaba todo el día pensando en ideas, tenía los bolsillos llenos de servilletas con notas e ideas.
Era viernes ya y yo tenía muchas ganas de que pasara el fin de semana, que Francisco terminara con sus trámites, de estar juntos. Habíamos hablado de tal vez vernos en la tarde, pero él no estaba muy seguro, tenía cosas que hacer.
"Te hablo más tarde que llegó otro cliente" Le escribo al ver a una mujer sentarse en una mesa. Me quedo esperando su respuesta como una tonta.
"Que alguien me guarde brownie con helado por favor" Termina el mensaje con caritas de súplica y yo me rio sola.
-Buenas tardes- Me dice cuando me acerco con voz alegre
-Buenas tardes, me llamo Isidora- Le entrego el menú. Es bonita, tienes los ojos azules y el pelo negro con ondas de peluquería.
-Soy Débora- Me responde, quedo helada, no es un nombre común, debe ser la Débora de Francisco- ¿Qué me recomiendas comer?- Estoy impactada, pero trato de que no se note.
-Cómo ya va a ser hora de almorzar podría ser una hamburguesa
-¿La Paty?- Me mira un par de segundos esperando mi respuesta- Es que mi marido es de aquí y me ha hablado de esa- Le asiento y hago como si anoto en una hoja de papel, lo que jamás hago- Con jugo de Piña
-Perfecto- Le digo, le doy la mejor sonrisa que puedo y me voy a la cocina
Maldito, hijo de puta, estoy furiosa, lo odio. La mujer se veía muy agradable, a ella no la odiaba, no podía hacerlo, parecía una buena persona, físicamente parecía una mujer poderosa, probablemente la jefa de una empresa importante.
De algún modo siento que ya lo sabía, que presentía que lo que me escondía era algo así. Seguramente esto era lo que varias veces quiso decirme, debí verlo venir, debí preguntarle qué pasaba, pero yo no quería saberlo, quería que él fuera "el indicado" y me imaginaba qué tal vez podíamos ser algo, mientras él tenía a su familia, tal vez hijos.
Le voy a entregar su pedido a Débora y me voy a la caja a fingir que hago algo, pero la verdad la analizo. Es muy linda y a simple vista se ve que es delgada, de altura se ve tal vez un par de centímetros más alta que yo, probablemente 1,67. Se ve algo nerviosa, revisa el celular constantemente, por ratos se queda mirando el infinito. ¿Se cuestionará que hace Francisco aquí? Por un minuto me los imagino llegando a la casa del trabajo, dos niños van a recibirlos y ellos los abrazan.
Débora me pide la cuenta justo cuando estoy analizando qué decirle a Francisco, seleccionando cuidadosamente los insultos.
-¿Con qué paga?- Pregunto pasándole la cuenta
-Crédito- Responde y me entrega la tarjeta. La deslizó, pone su clave y se despide dando las gracias y sonriendo.
No quiero ni mirar mi celular, no quiero ver mensajes de Francisco, nuestra estúpida conversación de enamorados. ¿Por qué había querido estar con alguien en primer lugar? Lo odiaba, no quería verlo, pero a la vez deseaba volver a atrás, cuando sus mensajes estúpidos me hacían sonreír.
Me preguntaba si tal vez Débora iría a verlo, si sería un reencuentro romántico, si abría venido con los hijos, los dos hijos que me imaginaba.
Antes de irme al departamento revisé el celular, varios mensajes de Francisco.
"¿Cómo va el trabajo?" "¿Podemos vernos hoy?" "¿Va todo bien?"
Al parecer estaba nervioso, seguramente ya sabía que Débora estaba en la ciudad, tal vez ella le contó que había estado en la pastelería.
Llego al departamento y les mando un mensaje a Katy y a Fernanda explicándoles la situación. Fernanda promete que irá a mi casa más tarde y Katy que saldrá de la pastelería y se vendrá directo a mi departamento.
Para distraerme decido ponerme a limpiar, la cocina, mi pieza, mi baño... limpio todo lo que se me ocurre. Cada cierto tiempo me encuentro preguntándome en que estaría Francisco, si estarían juntos, si estaría feliz de estar con ella, pero lo más importante ¿Estaría arrepentido de lo qué pasó entre nosotros? Pensar en eso me dolía, que finalmente yo sería la mala de la película, una anécdota de cuando su relación estaba pasando por un mal momento ¿Sería así? También pensaba en lo que dijo de los trámites, estaba la pequeña posibilidad de que ella fuera considerada eso, un trámite y a pesar de que me daba pena por ella, de que además yo no debía volver a hablarle, de que era un mentiroso, la posibilidad de que ella fuera un trámite me daba cierta tranquilidad.
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El hombre de traje
RomanceIsidora quiere ser escritora y para inspirarse observa a las personas pasar frente a ella, inventándole historias a las personas que terminan dándole vida a sus personajes. Pero ¿Por qué no es capaz de inventarle una vida al hombre de traje?, extrañ...