Parte 27

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La noticia me llega como un golpe en la cara, terminamos por nada. Me da rabia, me tapo la boca unos segundos tratando de digerir lo que acaba de decirme.

-¿Te mintió?- Me levantó de la silla y me acerco- ¿Débora te mintió?

-En un principio pensó que lo estaba, después se le ocurrió la brillante idea de decir que lo estaba

-Esa mujer es una...- Se da vuelta y me mira, está enojado

-Lo inventó simplemente para que termináramos, ella pensó que tú no tomarías importancia de todo esto, que ibas a salir corriendo

Hay demasiado odio en sus palabras, me pilla totalmente desprevenida lo que está diciendo. No sé qué responderle, lo miro unos segundos, sé que está afligido, sé que todo esto lo tiene muy afectado, quiero decirle que va a tener un hijo, que su ilusión no está perdida, pero no puedo decirlo con él mirándome de esa manera. Comienza a sonar su teléfono en otro lado de la oficina, él pasa por mi lado y va a tomarlo de su chaqueta, lo mira unos segundos y luego me mira, tiene los ojos llorosos.

-Siempre ha estado en mis planes tener un hijo- Se vuelve a acercar a mí, pero mantiene un Metro de distancia- Me sentí horrible por ti, por todo lo que estabas pasando... me sentí tan mal por perderte que ni siquiera pude disfrutar un poco el hecho de poder cumplir... por un segundo mi sueño...

Me acerco y lo abrazo, el calor de su cuerpo me reconforta, pero él se queda con los brazos a los lados, apoya por unos segundos su cara en mi pelo pero enseguida me aleja por los hombros.

-No tengo nada que perdonarte Isidora, no tengo nada que perdonarte y aún así no puedo verte- Se me aprieta el pecho al escucharlo decir eso, definitivamente no pensé que la conversación fuera por ese lado- Llegué a desear que Débora no estuviera embarazada con tal de recuperarte y al verte no puedo dejar de pensar en eso

Se pasa las manos por la cara, una parte de mi sabe que lo que le quiero decir lo va a alegrar, es lo que él quiere, quiere un hijo, pero con lo que acaba de decir no puedo contarle. No podría estar constantemente pensando que está conmigo porque voy a tener a su hijo. Siento que todo se ha complicado mil veces más de lo que estaba.
Una parte de mí quiere decirle, quiere quitarlo de su sufrimiento, darle esperanza, pero ¿Y si no resulta? ¿Cual es la probabilidad de que pierda a nuestro hijo? Y eso sería toda mi culpa. Pero tiene que saberlo, es su papá, si o si tengo que decirle, no es el momento pero... ¿Cuando va a ser el momento adecuado?
Ninguno de los dos habla, no sé cuánto tiempo pasa, solo sé que no quiero irme, que las cosas definitivamente no están saliendo como yo quería que salieran.

-Entiendo- Le suelto al fin rendida- Enserio siento no haber sido más comprensiva, todo fue muy brusco, no supe reaccionar de la mejor manera, quería mi espacio- Siento como las lágrimas se acumulan en mis ojos, Francisco me mira, siento que tiene una pequeña lucha interna

-No digo que no te quiera- Una sonrisa asoma en su cara y sus palabras me confortan de alguna manera- Creo que también necesito tiempo y... la verdad estoy furioso conmigo, cómo no puedes ni imaginarte- Me pasa la mano por la mejilla y me hace cariño- Siento que todo ha cambiado, no me siento yo mismo y honestamente perdí un poco mi rumbo. De verdad pensé que era real- Cierra los ojos unos segundos- Casi pude imaginar ser padre

-Francisco yo...

-Perdona, soy un idiota, no te he preguntado realmente a qué viniste ¿Va todo bien? ¿Sigues con gastroenteritis? - No puedo evitar sonreír cuando menciona la gastroenteritis

-Estoy bien, ya no estoy enferma, yo venía porque...- Mi celular suena y enseguida recuerdo que mi mamá viene en camino, seguramente Katy está abajo, saco el teléfono y efectivamente, es una llamada de Katy.- Mierda- Francisco me mira extrañado- Mi mamá debe estar por llegar al aeropuerto y Katy está abajo, iremos por ella

Decido que no, no puedo decirle, le doy un beso en la mejilla, en mi mente sufro por tener que irme justo cuando parecía que la conversación iba a ser tranquila, pero no era el momento de decirle y tampoco quería seguir hablando con él, ocultándoselo.

-Isidora- Escucho la voz de Francisco cuando voy saliendo de la oficina, apuro el paso al salir del edificio y ver el auto de Katy en la vereda, se ve que está impaciente.

-Tu mamá te va a matar si llegamos tarde- Me reta mientras me subo al auto- ¿Le contaste a Francisco que estás embarazada?

-¿Qué?- La voz de Francisco me toma totalmente por sorpresa, la ventanilla de mi puerta está completamente abierta y puedo mirar a Francisco a menos de un metro de distancia, con los ojos increíblemente abiertos.

El hombre de traje Donde viven las historias. Descúbrelo ahora