Parte 15

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Las semanas fueron pasando y de a poco Francisco se fue quedando en mi departamento, vendió el departamento que tenía con Deborah y el departamento que tenía con su hermano ¿Algo apresurado? Probablemente, pero siempre tendría el departamento de su hermano para irse a quedar. Ya teníamos la rutina de la semana en la cual nos levantábamos a la misma hora, desayunábamos juntos y cada uno se iba a su respectivo trabajo. En las tardes me quedaba escribiendo mi novela, mirando a las personas pasar desde la terraza y de vez en cuando pensando en mí y en Francisco, los principales protagonistas.

Todo había pasado perfectamente, no pensaba que algo fuera a interferir en mi felicidad, hasta que un miércoles en la tarde Francisco llegó preocupado por algo. No quiso decirlo enseguida, yo estaba recostada en la cama viendo tele y él fingió un sonrisa al entrar y se acostó a mi lado apoyando su cabeza en mi pelo.

-¿Pasó algo?- Le pregunté logrando que me mirara. No quería mirarme a los ojos, podía ver que no estaba muy seguro si decirme o no, que posiblemente no iba a decirme algo que me agradara

-El hermano menor de Débora falleció- Se quedó callado un par de segundos mientras analizaba mi expresión- Tuvo un accidente de auto

-Lo siento- Le respondí haciéndole cariño en la frente

-El funeral va a ser pasado mañana... le tenía mucho cariño... a su hermano y a su familia- No podía evitar sentir algo de inseguridad respecto a que él fuera al funeral, en el fondo sabía que también lo hacía por ella. Deborah le hablaba de vez en cuando a Francisco, seguramente para ver si había alguna posibilidad de volver, para mantenerse en su vida, pero además de eso lo dejaba tranquilo, pero el hecho de que ella aún tuviera esa esperanza me ponía nerviosa.

-¿Vas a ir?- Le pregunto notando que claramente no quiere incomodarme- Lo entendería, fueron tu familia un tiempo, no tienes que preocuparte por mí, la pasaré mejor sin ti- Lo último lo digo con una sonrisa en la cara y él se levanta y se pone sobre mí sonriendo

-¿A sí? ¿Y que vas a hacer tú que la vas a pasar tan bien?- Me da un beso y luego otro.

-Hay un mundo de posibilidades, puedo salir a emborracharme- Finge estar horrorizado con lo que acabo de decir- ¿Quien sabe? Podría traer a un hombre casado a mi departamento

-¿Otro?

Nos reímos un buen rato, comemos y nos acostamos. Francisco se duerme enseguida, a mí en cambio me cuesta más, estoy muy despierta, el tema de Deborah había quedado atrás hace tiempo, además de los mensajes que a veces le enviaba no influía en nuestras vidas. No podía mostrarle que me molestaba que fuera al funeral, el que falleció fue el hermano de Deborah, claro que debía tener algún tipo de relación con Francisco, además Deborah seguía importándole a Francisco, lo discutimos cuando vi por primera vez que hablaban por mensaje.

"-¿Sabes que yo ya no la amo verdad?- Partió él al ver que estaba mirando la pantalla de su celular.

El celular vibró en el velador y yo simplemente miré la pantalla.

Deborah: Me alegra que estés bien
Deborah: ¿Crees que podamos vernos si vienes a Santiago?
Deborah: En modo amigos digo, ex casados con una buena relación de convivencia.

-¿Qué sientes por ella?- No estaba celosa, parecía ser una conversación amistosa y yo no tenía por qué pensar lo contrario

-Cariño... creo, fue importante para mí en un punto, podría considerarla familia incluso, pero solo eso.

-Bien- Le respondo mirándolo a los ojos

-¿Estamos bien? - Se acerca a la cama cauteloso

-Estamos bien"

Repetí varias veces la conversación en mi cabeza antes de dormirme, claramente iría a un funeral por alguien a quien considero familia, alguien a quien le tengo cariño, además no es solo por ella, es la familia entera y para despedirse del hermano.

El pensamiento me hace ponerme en el lugar de Deborah y la imagino llorando con su familia en una casa grande y acogedora, puedo imaginarla tal cual es, recuerdo perfectamente como era.

Me doy vuelta en la cama para mirar a Francisco, me encanta verlo dormir, duerme tan plácidamente. Tengo miedo de que este viaje afecte nuestra relación, la rutina que hemos tenido este último tiempo. Me acerco un poco y me apoyo en su pecho, él se despierta un poco, me da un beso en la frente y me abraza. Posiblemente en unos minutos vamos a alejarnos, el calor no va bien con acurrucarse en la cama. Pero ese abrazo es suficiente para que deje de darle vueltas a su viaje y por fin me relaje y piense en lo principal, está ahí, abrazándome y durmiendo conmigo, yo también soy importante para él y soy más importante.

El hombre de traje Donde viven las historias. Descúbrelo ahora