Estaba bloqueada y a la vez no, tenía claro sobre qué quería escribir, o sobre quien, el hombre del traje, pero aún no sabía que escribir sobre él, de alguna forma su persona me había intrigado, lo único que podía inventar de él es que venía del trabajo, que seguramente ganaba bien, su auto era nuevo, andaba con traje, tenía que vestir formal. De algún modo también tenía miedo de que su vida no fuera realmente interesante, porque estaba aferrada a su misterio, interesada en que escondía. ¿Por qué tiró ese anillo? Y siendo ya el segundo día que me quedaría mirándolo por la ventana se me ocurrió una locura, una estupidez más que nada, algo que seguramente parecería acoso.
Siendo las 6:30 decidí arreglarme un poco, dejar mi tenida hogareña post trabajo, que consistía de un short de algodón deportivo, una polera sin manga y el moño en el pelo. Me puse una falda de jeans, una polera manga corta y una chalas, ademas de tratar de dejar mi pelo ordenado, era ondulado y la verdad era decisión de mi almohada como amanecería.
Sentada en la banca donde lo vi la primera vez pude mirar por primera vez lo que veía desde mi departamento, muchos de mis personajes deambulando por ahí. Casi sentía que me reconocían o me daba vergüenza que eventualmente lo hicieran, lo cual era ridículo. Incluso llegué a imaginar como me vería yo ahí, entre todos ellos, casi imaginándome como un personaje más. Pero el hombre del traje no llegó, y esperé hasta 19:30, teniendo a la vista su estacionamiento anterior y el primero, buscando el Mazda rojo. No llegó el hombre de traje, confundí a varios con él, hasta consideré qué tal vez se veía muy distinto de frente, pero no eran.
Me fui al departamento y me llamó Fernanda, iban a salir con su hermano a celebrar su llegada, a tomar a un bar cerca, no salía hace casi dos semanas, así que la idea me sacó de mi desilusión pero no del todo, la idea de quedarme por siempre con la intriga del hombre del traje me desesperaba.
-¿Cómo está mi ex conviviente?- Canturreó Fernanda al verme entrar al bar. La abracé y procedí a saludar a los demás invitados, no veía a Hugo hace 3 años y se veía mucho más grande, ahora teniendo 19 no parecía el hermano chico.
-Qué grande estás- Le dije abrazándolo, se notaba que había crecido, me ganaba por cabeza y media. Estaba igualito a su hermana pero en versión masculina.
Además estaba Pedro, el amigo del colegio de Fernanda, Katy y dos amigos de la universidad. Decidí sentarme entre Katy y Fernanda y me pedí un mojito, no podía tomar más porque trabajaría en la pastelería al día siguiente y gracias a Katy todo el día.
-¿Cómo te ha ido en el nuevo departamento?- Preguntó Katy
-Bien, tiene una ubicación muy buena, estoy cerca de la pastelería, frente a la playa y la vista es muy buena
-¿Pasan personajes conocidos por ahí?- Pregunta Fernanda con notorio interés
-He visto a Julián, a Martin y a Marcela- Le mencionó personajes de cuentos que he escrito que probablemente ella ya leyó
-Julián es el que era instructor de zumba en un libro, Martin no me acuerdo y Marcela...
-Martin y Marcela son del mismo- Menciona Katy metiendose a la conversación- Eran los abuelos ¿Cierto?
-Si- Me siento realizada, porque cuando les pasaba los bocetos asumía que hacían como si los leían o era simple educación
-Algún libro próximo- No puedo evitar sonreír al pensar en mi acoso de la tarde
-¿Amor?- Pregunta Fernanda interesada- Nunca has escrito algo de amor amor
-¿Amor amor?- Pregunto extrañada
-Qué el tema sea solo amor, no es que tus libros sean fríos pero ninguno se centra en el Amor
-Y bueno tú tampoco te centras en eso precisamente- Recalcó Katy volviendo la conversación un claro ataque hacia mi soltería
-Miren, no necesito una intervención, tampoco es como que vaya para monja, la he pasado bien
-Pero nunca has intentado nada serio- prosiguió Fernanda, tratando de bajar un poco la voz para tratar de que no lo tomara como ataque
-No he tenido la opción- Ambas me miraron acusadora mente- ¿Qué debería andar con el vestido en la cartera? Estoy bien
Y diciendo esto veo que por detrás de Fernanda pasa el hombre de traje, se sienta un poco más lejos de mí, en la barra le habla al tipo de la barra y por fin puedo verlo de perfil, tiene el pelo corto, un poco más largo arriba y desordenado, tiene la mirada perdida en las botellas. Por primera vez puedo verlo bien, es muy atractivo.
-Está bueno- Menciona Fernanda siguiendo mi mirada, la miro de nuevo haciéndome la loca- Anda a pedir algo a la barra
Por un minuto lo pensé, pero iría y ¿Después qué? No esperaba que se fijara en mí, no era que no me considerara linda, pero él se veía muy concentrado y bueno, yo ya me sentía como una acosadora. Ahí estaba, el tipo del traje pero opté por ignorarlo, como debía ser, me tomé mi mojito y me fui, lo dejé ahí en la barra, estuvo solo todo ese rato, no habló con nadie por teléfono, pero pude notar, no tenía puesto el anillo.
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El hombre de traje
RomansIsidora quiere ser escritora y para inspirarse observa a las personas pasar frente a ella, inventándole historias a las personas que terminan dándole vida a sus personajes. Pero ¿Por qué no es capaz de inventarle una vida al hombre de traje?, extrañ...