Capítulo 21 2-2

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Su madre se encontraba algo pálida y miraba de reojos a la guardia que estaba aún afuera de su casa y extrañamente no había ningún reportero.

Austin recibió a su madre con un abrazo y la invitó a pasar.

-¡Qué bien huele!- exclamó dirigiéndose a la cocina.

-Estoy preparando tu salsa-

Michelle levantó la tapa de la olla y aspiró hondo con delicia.

-La preparaste muy bien-

Austin sonrió.

-¿Sabes algo de la niña?-

Niña…

-No. Realmente no he sabido nada- puso sus manos en los bolsillos- Supongo que ya deben estar llegando-

Él volvió a su trabajo con la salsa y su madre se fue al comedor mientras marcaba un número.

-¿Hola detective? ¿Qué ha pasado?... ¿En serio?- suspiró- Entiendo. Eso es bueno ¿no? Sí, estoy en la casa de Austin ¿La niña? O pues… un vestido fresco, ya que hace algo de calor ¿Rosa? De acuerdo, hasta entonces- la llamada terminó y volvió a la cocina donde Austin ya estaba apagando las hornallas.

-¿Pasó algo?- dijo curioso.

-Agarraron a dos de los tipos que estaban en el auto, uno está gravemente herido y el otro está en la comisaria. La chica todavía no estaba todavía con el detective García-

-¿Aún no? Hace más de una hora tendría que haber estado allí-

-Cálmate, ella vendrá-

Austin y su madre dedicaron el tiempo en decorar la mesa, Michelle insistió en hacer toda una presentación en la mesa para darle la bienvenida  a la muchacha. Puso flores de diversos colores, aunque eran de fantasía, llamaban la atención.

Esperaron media hora más y la preocupación los inundó.

Austin llamo al detective ante la duda de hacerlo o no.

 Michelle insistió tanto que la paciencia de él se había acabado.

No espero dos tonos antes de que García le contestara del otro lado.

-García-

-Detective ¿Está todo bien?-

García tomó una fuerte boconada de aire.

-La chica está con nosotros ahora, pero no puedo llevarla- sonaba agitado- No quiere entrar a la camioneta. Con el detective Adams estamos tratando de convencerla, junto con los enfermeros de la clínica. Pero no quiere- se escuchó un grito del otro lado- Y digamos que tiene demasiada fuerza para su edad y estatura-

-¿Le preguntaste por qué no quiere subirse a la camioneta?-

-Sí, pero ella no habla-

-¿Qué sucede?- preguntó por quinta vez su madre.

Austin tapó el tubo y le habló.

-No tienen que forzarla, eso la asustará más- contestó ella- Ponme en altavoz- su hijo puso el dedo índice en la pantalla táctil y se podía escuchar los autos que pasaban y las voces que hablaban- ¿Puede oírme?-

-¿Señora Mahone?-

-Sí, soy yo. Mi hijo me ha contado lo que está pasando. No debe forzarla a subir, la asustará más-

-¡Déjenla!- gritó el detective.

-Páseme con ella-

Se escucharon unos pasos y un leve viento a través del tubo.

La Chica DesconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora