06: Solo placer

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Un bufido escapó de sus labios al sentir sus piernas inmóviles, envueltas en lo que él sentía unas enredaderas. Su torso no escapaba de ello, con sus ojos podía notar aquella cabellera de tono castaño sobre su pecho y los brazos del intruso entorno a su cuerpo. Suspiró, con lo que le molestaba que lo ataran de esa manera. Llevando las manos hacía los brazos ajenos, comenzó su tarea de liberarse de aquella prisión. Mascullando algunos insultos, gruñó y se rindió por cuestiones de minutos. ¿En qué había pensado la noche anterior cuando había dejado a Jack quedarse? Estaba tentado a golpearse con la pared una y otra vez por la semejante estupidez que había hecho. ¿Desde cuándo era tan blando con Jack? No le gustaba, no quería que se confundiera y creyera que había algo más.

Exaltándose al escuchar el ruido que causó su móvil, cerró los ojos y estiró su brazo libre hacía la mesa de noche. Suspirando abrió los ojos para ver quien llamaba; el nombre de Caleb salió en la pantalla haciéndolo fruncir ligeramente el ceño.

―¿Qué sucede? ―soltó en un gruñido. De soslayo notó como Jack se removía en la cama dejándolo libre poco a poco. Antes de que el castaño volviera a abrazarlo, se bajó y buscó en el suelo su ropa interior.

¡Vaya! ¡Buenos días para ti también! Supongo que tuviste una mala noche, ¿no tuviste una buena sesión de sexo, eh? ―Finn suspiró y tomó el bóxer para colocárselo con torpeza. Al fondo podía escuchar una risita y supo que le pertenecía a Sadie.

―Si hablaste para molestar lo hiciste tarde, no estoy de humor. ―caminando hacía la puerta del cuarto, la abrió y salió cerrando tras de sí. Caminó con cautela por el pasillo y notó que la puerta de la habitación de Noah se encontraba abierta. Al recordar a su compañero de departamento se alarmó. Noah no estaba acostumbrado a ver a sus citas la mañana siguiente. Finn por un momento se quedó pensando en si volver a la habitación o confirmar si Noah seguía en el departamento, suspirando, se decidió por la segunda opción.

―Te hablo para decirte que el día de hoy estarás libre. Sadie y yo tenemos una reunión para confirmar un nuevo negocio y no hay más reuniones. Así que disfruta con tu castaño el día de hoy. ¡Saludos por parte de Sadie! ―y después de eso, Finn solo escuchó el sonido de la llamada cortada.

Apagó el teléfono y visualizó la sala y la cocina del departamento sin nadie. Suspiró, al menos Noah no estaba, eso era sin duda un dolor menos de cabeza. Ahora, ¿qué haría? No tenía nada interesante que hacer. Al menos que... una idea le apareció mágicamente; quizás podía invitar a Noah a salir. Después de todo, se había divertido mucho con él la cita pasada. A pesar de haber sentido lo que su amiga pelirroja había nombrado celos, quería repetir eso y tener una nueva salida.

Sonrió.

Sí, era eso lo que haría. Caminó hasta la cocina en busca de agua, llamaría a Noah y le invitaría a salir. La pasarían genial y olvidaría que había iniciado el día con mal pie. Sin embargo, su iris visualizó una nota de puño y letra de su compañero de departamento. Ladeo el rostro y tomó la hoja que se encontraba sujeta a la puerta de la nevera con ayuda de un imán.

Hola, Finn. Buenos días.

Te traje un trozo de pastel de chocolate, tu favorito. Quise entregártelo anoche pero escuché que estabas ocupado, espero hayas tenido buena noche y hayas disfrutado. Para la próxima, ¿podrías avisarme? Así busco donde pasar la noche y no escucharles...

¡Disfruta del pastel!

Con cariño; Noah.

Una maldición salió de los labios del azabache al leer aquel texto. Noah los había escuchado; suspiró. Seguro lo habría incomodado. Sabía lo importante que era para el castaño dormir y él había estado haciendo un espectáculo. Su idea de invitarlo a salir se fue al caño, estaba seguro de que Noah solo quería golpearlo por haberlo hecho pasar mala noche. Decidió darle su espacio y hablar con él esa noche cuando regresara al departamento, así podría estar más calmado y hablar sin problemas.

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