13: Viaje

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Un suspiro se le escapó, por un momento había olvidado lo aburrido y tedioso que eran los viajes de negocios. Las reuniones a cada hora lo estaban torturando, ni siquiera lo habían dejado libre por más de cinco horas y pensar que apenas llevaba la mitad del día ahí. Estaba un poco desesperado por salir de ese lugar, tomar su boleto de avión y regresar a Washington en busca de Noah, quien no le respondía los mensajes ni atendía sus llamadas, comenzaba a preocuparse, sabía que Noah no era capaz de cometer alguna locura pero aún así, ese sentimiento de culpa que se estrujaba en su pecho no lo dejaba en paz.

―Señor Wolfhard, ¿usted qué opina? ―él alzó el rostro para visualizar el hombre frente a él al otro extremo de la mesa. Finn ni siquiera le estaba prestando atención, su concentración estaba en la foto que tenia de Noah en el teléfono.

―Creo que debemos arriesgarnos y expandirnos. En el país estamos teniendo bastante éxito y sí ya nos hemos hecho escuchar en países extranjeros y están dispuestos a negociar con nosotros, creo que debemos darle la oportunidad. Creo que todos aquí buscamos eso, expandir nuestros negocios y hacernos conocer en todo los continentes de ser posible, ¿o me equivoco? ―muchos comenzaron a murmurar cosas mientras otros solo asentían. ―Mis compañeros y yo, hemos dado el paso y comenzamos un nuevo negocio con unos empresarios en Inglaterra, si me lo preguntan, ha sido una de las mejores decisiones que hemos tomado.

―¿De verdad?

―Así es. Señores, sé que vine en representación de la empresa en busca de nuevos socios, pero sí ustedes no están dispuestos a avanzar y quieren permanecer encerrados en este mercado, creo que mi participación llegó hasta aquí.

―No. ―Finn frunció el ceño. Un hombre casi contemporáneo con él se colocó de pie. ―Yo estoy de acuerdo con el señor Wolfhard, creo que es momento de expandirnos en el mercado y la verdad, a mi empresa y a mí nos encantaría asociarnos con ustedes y seguir sus pasos, si usted no los permite.

Finn sonrió.

Finalmente alguien que hablaba su mismo idioma.

―¿Alguien más? ―Finn se cruzó de brazos, por supuesto, los demás presentes eran hombres de cincuenta y próximos sesenta años, seguramente se sentían conformes con su estatus hasta ese momento y él no los culpaba. Sin embargo, no era lo que él, Sadie y Caleb tenían en mente, ellos querían seguir expandiéndose y dado que habían probado con el mercado inglés, querían seguir invirtiendo en los demás países de Europa. ―Bien, creo que esta es toda mi participación, señores. Fue un placer verlos.

Finn echó su silla hacía atrás y se colocó de pie, luego caminó hasta la salida de aquella sala de juntas y cerró una vez que estuvo fuera.

Finalmente era libre, podía regresar esa misma noche a la ciudad y tratar de arreglar los pendientes que tenía con Noah.

―¿Finn Wolfhard? ―el pelinegro se giró ante el llamado y observó al mismo hombre de la reunión, solamente asintió. ―Un gusto, soy Luke Baltimore. ―le ofreció la mano, Finn la sujetó y regaló una pequeña sonrisa.

―Un placer, Luke. He de suponer que es tu primera vez en una de estas reuniones, ¿cierto? ―le soltó la mano, decidiendo guardarla en los bolsillos del pantalón.

―Así es. Recién ingresé al mercado, mi padre suele enviar a su mano derecha siempre a estos eventos, pero él no podía asistir porque tenía otra reunión y mi padre suele estresarse mucho, así que me enviaron a mí.

―¿Y qué te han parecido?

―Demasiado aburridas, de no ser por tu participación creo que no fuera regresado más a las próximas.

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