Capitulo 14

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Dormir siempre fue difícil para Hyukjae. Esta noche era imposible. Su mente, acostumbrada a trabajar sobre los problemas de forma simultánea, se dotó de un tema nuevo e infinitamente interesante para reflexionar.

Su esposo.

Había aprendido mucho acerca de Donghae en un día. El había demostrado que era excepcionalmente fuerte bajo presión, no una de esos donceles para ir consolándolos a todo momento en situaciones difíciles. Y aunque el amaba a su familia, no había corrido a ellos en busca de refugio. Hyukjae admiraba la forma en que Donghae había lidiado con su día de casamiento.

Aún más, él admiraba la forma en que se había ocupado de él. Nada de tretas virginales, como Donghae lo había puesto.

Él pensó en esos devastadores minutos antes de dejarlo, cuando había sido dulce y había cedido, su bello cuerpo ardiendo en respuesta. Excitado e inquieto, Hyukjae yacía en su dormitorio, al otro lado de los aposentos de él. El sólo pensamiento de Donghae durmiendo en el lugar en el cual él vivía era más que suficiente para mantenerlo despierto. Nunca antes ninguna persona se había quedado en su apartamento. Él siempre había llevado a cabo sus romances fuera de su residencia, nunca pasando una noche completa con alguna persona.

Se le hizo incómodo, la noción de la realidad, dormir en una cama con otra persona. Sólo porque parecía más íntimo que el acto sexual no era algo por lo cual Hyukjae se preocupaba sacar a reflexionar.

Hyukjae se sintió aliviado cuando se acercaba el amanecer, el techo bajo el cielo estaba esmaltado de un color plata con mate. Él se levantó, se lavó y se vistió. Él dejó entrar a una criada, que removió la chimenea y trajo unas copias de "The Morning Chronicles", el Globe y el Time recién hechas y salidas de la imprenta. Según su rutina habitual, el camarero de ese piso llegaría con el desayuno, y luego Jongin Valentín entregaría los informes de los gerentes y tomaría su lista matutina.

- ¿El señor de Rutledge querrá desayunar también, señor? - Preguntó la mucama.

Hyukjae se preguntó cuánto tiempo Donghae dormiría.

-Toque a su puerta y pregunte.

- Sí, señor.

Vio la forma en que la mirada de la criada se precipitó desde la dirección de su dormitorio a la de Donghae. A pesar de que era común en las parejas de clase alta mantener dormitorios separados, la criada dio muestra de un toque de sorpresa, antes de que ella pusiera una expresión escolarizada en su semblante. Vagamente molesto, Hyukjae la vio salir del comedor.

Escuchó el murmullo del ama de llaves, y la respuesta de Donghae. El sonido sordo de la voz de su esposo provocó una tensión agradable de conciencia a través de sus nervios.

La criada regresó a la zona del comedor.

- Iré a traer una bandeja para el señor de Rutledge también. ¿Desea algo más señor?

Hyukjae sacudió su cabeza, volviendo su atención a los papeles mientras la mucama se iba. Trató de leer un artículo por lo menos tres veces antes de que finalmente renunciara y mirara en la dirección del cuarto de Donghae.

Finalmente, el apareció, vistiendo una bata de tafetán azul, ricamente bordado con flores. Tenía el cabello suelto, los mechones marrones abatidos con reluciente fuego. Su expresión era neutral, sus ojos cautelosos.

Él quería arrancar el intrincado cosido de prendas de vestir lejos de él, besar su expuesto cuerpo, hasta que él se estuviera sonrojado y jadeante.

- Buenos días - murmuró Donghae, no exactamente viendo su mirada.

Hyukjae se levantó y esperó hasta que llegó a la pequeña mesa. A él no se le escapó el hecho de que el trató de evitar ser tocado por él mientras la sentaba. Paciencia, se recordó.

Tientame al amanecer [EunHae] Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora