Capítulo 2

1.2K 79 7
                                    


Casi no podía pensar con la sangre subiéndosele a la cabeza y el daño que le hacía su agarre. El pecho del desconocido, detrás de el, era muy fuerte.

- Esto es un error - logró decir - Por favor.

Él presionó su cabeza un poco más hasta que Donghae sintió un tirón en el cuello.

- Su nombre - insistió él amablemente.

- Donghae Hathaway - dijo quedando sin aliento.

- Lo siento. Estoy muy apenado. No quise... ¿Donghae? - Soltándolo.

- Sí - ¿Por qué había dicho su nombre como si lo conociera? - ¿Usted... usted pertenece al plantel fijo del hotel?

Él ignoró la pregunta. Una de sus manos se deslizó ligeramente sobre sus brazos, como si buscara algo. Su corazón palpitaba como el batir de las alas de un pajarito.

- No haga eso - resolló el entre bocanadas de aire, apartándose de su toque.

- ¿Por qué está usted aquí? - Lo enfrentó.

Ninguno de los conocidos de Donghae alguna vez la había tratado con tanta familiaridad. Estaban lo suficientemente cerca como para que el rayo de luz permitiera a Donghae ver su fuerte contorno, las delgadas facciones y el brillo de sus profundos ojos.

Peleando por recobrar el aliento, Donghae se sobresaltó por el dolor de su cuello. Extendió su mano y trató de calmar el dolor cuando habló.

- Estaba... estaba persiguiendo a un hurón, y la chimenea en la oficina del Sr. Brimbley estaba abierta, la atravesamos y luego traté de encontrar un camino de salida. - Sorteando la pregunta eficazmente con una explicación disparatada.

- ¿Un hurón? ¿Una de las mascotas de su hermano?

- Sí - dijo el, desconcertado. Se restregó el cuello y se sobresaltó -. ¿Pero cómo supo usted... cómo encontrarnos? ¡No, por favor no me toque, yo... ay!

Él le había dado la vuelta, aproximándolo, y había puesto su mano en el costado de su cuello.

- Quédese quieto. - Su toque era hábil y seguro cuando le masajeaba la sensible piel -. Si trata de escaparse de mí, simplemente lo atraparé otra vez.

Estremeciéndose, Donghae soportó el masaje de sus dedos, y se preguntaba si no estaba a merced de un loco. Él presionó más fuerte, provocando una sensación que no era ni de placer ni de dolor, sino una mezcla de ambos. Emitió un sonido de consternación, contorsionándose impotentemente. Para su sorpresa, se calmó el ardor provocado por el pinchazo del nervio, y sus músculos rígidos se volvieron laxos por el alivio. Exhaló un largo suspiro bajando su cabeza.

- ¿Mejor? - Preguntó él, usando ahora ambas manos, sus pulgares acariciando la parte de atrás de su cuello, resbalándose bajo el lazo que bordeaba la parte alta de su traje.

Donghae, profundamente avergonzado, trató de alejarse de él, pero sus manos sujetaron sus hombros instantáneamente. Aclaró su garganta y dijo dignamente:

- Señor, me gustaría que me guiara para salir de aquí. Mi familia le recompensará sin preguntas.

- Por supuesto. - Él lo soltó lentamente -. Jamás nadie usa este pasillo sin mi permiso. Asumo que alguien aquí dentro se equivocó de camino.

Los comentarios se parecían a una disculpa, aunque su tono no estaba apesadumbrado en lo más mínimo.

- Le aseguro que no tuve intención de hacer algo aparte de recuperar ese maldito animal.

Donghae sintió a Dodger merodeando cerca del dobladillo de su ropa

El desconocido se agachó y levantó en brazos al hurón. Sujetando a Dodger por el cuello, se lo dio a Donghae.

Tientame al amanecer [EunHae] Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora