Capítulo 1

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LONDRES

Hotel Rutledge

Mayo de 1852

Sus posibilidades de un matrimonio aceptable estaban a punto de fracasar, y todo por un hurón.

Desafortunadamente, Donghae Hathaway había perseguido a Dodger por medio Hotel Rutledge antes de recordar un hecho importante: para un hurón, una línea recta incluía seis zigs y siete zags.

- Dodger - dijo Donghae desesperadamente -. Regresa. ¡Te daré un panecillo, alguna de mis cintas, cualquier cosa! Oh, voy a fabricar una bufanda contigo...

Tan pronto como atrapara a la mascota de su hermano, juró que alertaría a la gerencia del Rutledge de que Ryeowook  cobijaba a las criaturas más inverosímiles en su suite familiar, lo cual estaba definitivamente en contra de la política del hotel. Por supuesto, eso podría causar que el clan Hathaway entero fuera expulsado del lugar.

Pero en esos momentos, a Donghae no le importaba.

Dodger había robado una carta de amor que le había enviado Sehun Bayning, y nada tenía importancia excepto recuperarla. Sólo hacía falta que Dodger hubiera escondido la maldita carta en algún lugar público donde alguien pudiera descubrirla y las oportunidades de Donghae de casarse con un joven respetable y maravilloso se perderían para siempre.

Dodger se apresuró a través de los lujosos vestíbulos del Rutledge Hotel permaneciendo fuera del alcance. La carta estaba sujeta con sus largos dientes delanteros.

Mientras perseguía al hurón, Donghae rogaba que nadie la viera. No importa cuán reputado fuera el hotel, un don el respetable nunca debería haber dejado su suite sin acompañante. Sin embargo, El señorito Sungmin Marks, su acompañante, estaba todavía en cama. Y Ryeowook  había ido temprano en la mañana a montar con su hermano, Heechul.

- ¡Vas a pagar por esto, Dodger!

La traviesa criatura pensaba que todo era para su diversión. Ninguna canasta o ningún envase pasó sin ser volcado o investigado, no se olvidó de ninguna calceta, ningún peine, ni ningún pañuelo. Dodger robaba artículos personales y los dejaba amontonados bajo sillas y sofás, y se echaba a dormir una siesta en las gavetas de la ropa limpia Lo peor de todo es que él era tan divertido en sus travesuras, que toda la familia Hathaway estaba a favor de pasar por alto su comportamiento.

Cada vez que Donghae desaprobaba las travesuras del hurón, Ryeowook  se deshacía en disculpas y prometía que Dodger no lo haría nuevamente. Y como Donghae quería a su hermana menor, había tratado de soportar el estar viviendo con su aborrecible mascota.

Esta vez, sin embargo, Dodger había ido demasiado lejos.

El hurón hizo una pausa en una esquina, inspeccionó para asegurarse de que no estaba siendo perseguido, e hizo una pequeña danza guerrera y una serie de volteretas que expresaban deleite puro. Aun ahora, cuando Donghae quería asesinarle, él no podía dejar de admitir que era adorable.

- Vas a morir - le dijo Donghae, acercándosele de una manera tan poco amenazadora como le era posible -. Dame la carta, Dodger.

El hurón pasó velozmente por delante del hueco de una columnata que lo envió tres pisos abajo, al nivel del entrepiso. Donghae se preguntó hasta dónde iba a tener que perseguirle. Él podría cubrir bastante territorio, y el Rutledge era enorme, ocupando cinco manzanas completas en el distrito de los teatros.

- Ésto - masculló él por lo bajo - es lo que ocurre cuando se es un Hathaway. Los contratiempos... los animales salvajes... las casas incendiadas... las maldiciones... los escándalos...

Tientame al amanecer [EunHae] Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora