Capítulo 9

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Youngblood - 5 seconds of summer






En cuanto bajamos del jet privado, tres camionetas negras esperan por nosotros, abordamos la segunda y todas parecen ser blindadas. Tomo a Harry de la mano y el se tensa bajo mi tacto, pero aprieta ligeramente la mía al sentir mi temor.

—No pasará nada.—susurra para mí y besa mi mejilla.

Los campos verdes y los grandes bosques aparecen ante mis ojos, el amanecer se venía divino en el paisaje. Poco a poco la camioneta iba ascendiendo sobre una carretera alta y al bajar, una hermosa mansión que tenía aspecto de castillo, aparece a lo lejos. Harry ordena que bajen el cristal del vehículo para mí, y el aire frío golpea mi rostro.

—¿Ésta es la casa de tus padres?, es...hermosa.—volteo a verlo y sonríe.

En cuanto llegamos a la entrada, los hombres plantados en la puerta, se acercan para abrir las puertas de la camioneta, Louis sale y se acomoda el saco, lo saludan y avanza sin esperarnos.

—¿Qué se cree?, es mi maldita casa, no la suya.—Harry tira de mi mano y me invita a avanzar, pero nos detenemos cuando las puertas de abren y sale una chica alta, rubia y con un cuerpo exorbitante.

—¡Mi amor!.—abre sus brazos hacia Harry, y éste suelta mi mano para acercarse a ella.

—Erika, ¿qué haces aquí?.

—¿No es obvio?, regresé por ti, nuestro compromiso sigue en pie.

—¿Compromiso?.—pregunto asombrada y con la esperanza de haber escuchado mal.

—¿Quién es ella?.—le pregunta mirándome con superioridad.

Las lágrimas en mis ojos se acumulan y retrocedo negando con la cabeza.

—Por su puesto, esto era lo que ocultabas, una boda.

—No, Avery...deja que...

—Aquí no habrá ninguna boda. Erika, ten un poco de dignidad y marchate de mi casa.—Una señora muy joven se acerca hacia nosotros y sonríe al ver a Harry.

La rubia se aleja molesta pero aprovecha para dejarle un beso en los labios al rulozo, Louis ríe desde la entada de la mansión y yo retiro las lágrimas de mis mejillas.

—Cariño, no esperaba que trajeras compañía.—le dice mirándome.

—Avery, ella es mi madre Anne. Mamá, ella es...

—Tu novia, por supuesto. Mirate nada más, ¡eres preciosa!.—se aleja de él y me abraza.—Harry me a contado tanto de ti que siento que ya te conozco. Hijo, hiciste una excelente elección.

—Oh no, señora...

—Entiendo que estés enojada ahora con él, yo lo estaría.—Harry griñe al escucharla.—Pero ella no es más que una arribista sin cerebro que busca meterse entre los pantalones de mi hijo.

—¿Y no eso ya lo hizo?.—pregunta Louis rompiendo a carcajadas.

Harry se acerca a él maldiciendo pero la señal que hace el castaño de que me vea, lo detiene.

—Yo...no debí venir, tengo que irme.

—¿Qué?, no Avery. No dejaré que te vayas sola.—Harry intenta tocar mi brazo pero lo esquivo y frunce su ceño.

—Harry tiene razón, la civilización está a kilómetros de aquí y en las noches es muy peligroso, al menos quedate por hoy y si mañana decides irte, me encargaré de que llegues sana y salva devuelta a tu hogar.—me dice la señora Anne.

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