Capítulo 18

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There's no way -Lauv ft. Julia Michaels





Harry

—¿Eres imbécil, Lébedev?.—grito en alto para que todos escuchen.—¡Tenían que ser tres billones de dolares!.

—My boss poobeshchal, chto ya dan ikh vam, kodga oruzhiye dostignet poberezh' Gretsiya [Mi jefe prometió que te pagaría cuando llegaran las armas a la costa de Grecia].

—Pura mierda. ¡Ve y dile al maldito de Popov que quiero mi dinero!. Si no me lo entrega, las armas no llegaran.—golpeo la mesa de cristal del club y se forman grietas en ella.

—On takzhe skazal, chto yesli vy ne soglasites', davayte sdelayem eto [También dijonqie si no aceptabas, hiciéramos esto].—su brazo se eleva y carga rápidamente su arma para apuntarme.

Jodido imbécil.

Saco mi arma también y de igual manera le apunto, pero escucho un disparo. Volteo mi vista y observo a Louis con su arma.

_Siempre he odiado a los jodidos Rusos, tú eres la excepción.—se ajusta su saco y avanza hasta mí.—me encargué de los de la entrada, ¿puedes con estos?.

—No pedí tu ayuda, ¿qué mierda haces aquí en Rusia?.

—Acabo de salvar tu vida y, ¿así me agradeces?, maldito.

Mientras hablábamos a la mitad de una gran sala con hombres armados dispuestos a matarnos, se escuchan nuevos disparos.

Mis hombres habían entrado.

Un extraño ardor crece en uno de mis costados y coloco una de mis manos en la zona y siento mi ropa pegajosa. Con el ceño fruncido bajo la mirada y el rojo carmesí de mi sangre, se extiende por la camisa.

—Pashenka.—gruño molesto y tras escuchar más disparos, un par de brazos me sostienen.

_Vaya, parece que ser el príncipe salvador no salió del todo bien. Supongo que necesito seguir practicando.—dice el idiota de Louis.

—Cállate la maldita boca, no te metas en mis asuntos, Tomlinson. Soy tu amigo, no querrás que te asesine ahora.

—Ni porque estás herido se te hablada el tacto. Qué agresividad.

Igor y Alik entran y me sostienen entre los dos para salir del club.

Mi cuerpo comenzaba a temblar y sentía mucho frío. Pero la herida no dejaba de doler.
Me quejo un poco cuando me llevan a la camioneta y Louis sube a mi lado.

El vehículo se pone en marcha y partimos en dirección a la casa.

—Esto no se ve nada bien.—masculla Louis al levantar parte de mi camisa —ahora roja—.

Durante todo el camino a la mansión, no dejo de pensar en mi hermosa rubia. Definitivamente había hecho lo mejor, dejarla ir que hiciera su vida y que posiblemente se casara con un bien hombre.
Le había hecho mucho daño ocultando la verdad, pero deseaba tenerla más tiempo conmigo.

Era demasiado tarde, me había enamorado como un estúpido, de ella.

—Harry, debemos ir al hospital.

_No, solo...quiero llegar a casa para lavar la herida.

—¡Es que no es una simple herida!.—gruñe enfadado Louis, y en cuanto entramos al terreno de la mansión, mi madre sale a recibirnos.

—¡Por dios!.—se alarma y ayuda a mis hombres a bajarme.

Como puedo, me pongo de pie y camino hacia el interior de la casa tratando de ignorar el dolor en mi cuerpo.

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora