Capítulo 12

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Lie to me — 5 seconds of summer



Mis párpados se sienten pesados, mi cabeza comienza a doler levemente y me remuevo entre las sábanas sobre la cama. Poco a poco abrí mis ojos y la tenue luz del sol se cuela por las cortinas. Me levanto con ayuda de mis codos y descanso sobre el respaldo de ésta, mis ojos recorren la habitación en la casa de Harry y de pronto, mi ceño se frunce al recordar imágenes de la noche anterior.

Los gritos, los balazos y Harry en el suelo con su grande al rededor.

—Seguro fue una pesadilla.—giro mi rostro hacia la cómoda y me percato de que sobre ella no se encontraba mi celular.

Retiro la sábana para poder salir y observo el vestido.

—¿Qué demonios?.—lo tomo entre mis manos y lo arrugo.

Avanzo hacia la silla donde estaba mi bolso pero al tomarlo, la etiqueta queda colgando y mi ceño se frunce más. Rápidamente lo abro y se encontraba vacío.
Giro sobre mis talones y corro hacia el armario, pero al abrirlo le llevo la sorpresa de que solo es una puerta falsa, detrás de ella había pared.

—No, por favor.—susurro agitada y corro la cortina que da la vista al jardín, y observo los juegos.

Corro fuera de la habitación y atravieso la cocina con todo limpio, las gavetas estaban vacías y no había comida.
Salgo por la puerta pequeña y voy hacia los juegos. El sonido de los pájaros sonaba extraño, y el sol no quemaba, así que alzo mi vista y observo que los árboles no tenían copa, no había pájaros y el aire era frío. Entonces, en segundos se va la luz y la luna rodeada de estrellas ilumina el cielo.

—Bienvenida a casa, Avery.—una voz distorsionada se escucha por todo el lugar y doy vueltas para intentar descubrir de donde viene.

—No puede ser.—las lágrimas llenan mis ojos y corro entre los árboles falsos, pero el resto del jardín era ficticio, pues cuando estiro mis brazos, tocan con una pared de metal.

Mi respiración se vuele irregular y el llanto se hace presente. Con desesperación golpeo la pared pero no había ni siquiera un hueco en ella.

Una ronca risa eriza mi piel y con el mismo tono de voz, dice:
—Te dije que estabas en casa, perra. No saldrás nunca.—

—¿Qué quieres?, ¿quién demonios eres?.—grito asustada.

—A ti.—una mano captura mi boca y atrapa mi cintura con su brazo libre.—estos saludos vienen de parte del diablo, muñequita.

Un hombre con la cabeza cubierta con una máscara simulando no tener rostro, se acerca con un cuchillo en su mano. Me remuevo aún con el hombre detrás de mí y cuando el otro sujeto se acerca lo suficiente, estira su mano y de un movimiento, corta mi cuello.

La herida no es profunda pero cuando me liberan, la cubro con una de mis manos y esta rápida se llena de sangre.
El que se encima entraba detrás de mí, me hace girar por un jalón y golpea mi rostro con su mano hecha puño.

—My budem igrat' s toboy [Jugaremos contigo].—gruñe cerca de mi oído.

—P-Por favor no me hagan daño.—sollozo y los dos ríen.

—No debiste obligarnos a hacerlo cuando conociste a Mikhailov.

—Pero tranquila, guapa, te enseñaremos a no interponer te en la vida de los demás.—golpea mi rostro nuevamente y esta vez caigo al suelo de rodillas y quejando me de dolor. Pero cuando intento levantarme, una patada en la espalda me tira completamente sobre el pasto artificial, pero no se detiene, pues continua golpeando me, sus patadas ahora son sobre mi vientre, en el rostro y mis gritos no los detienen.

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora