Mi celular no dejaba de sonar e imaginaba que se trataba de Sky. Anoche me había ido del hotel lo más rápido que pude y sin despedirme. No deseaba ver a Harry entre la multitud y temía derrumbar me frente a todas las personas.
Sigo mezclando el yogurt sin ganas de probarlo, y colocan en el comedor el resto del desayuno. Hoy era sábado, por lo que había querido seguir en pijama si no tuviera tantos pendientes para hoy. Entre todos, tenía que ir a la empresa de mi madre para discutir los puntos de venta de los productos.
Mi teléfono de pronto suena en llamada y frunzo mi ceño porque sé que ella no es así de insistente. Tomo el aparato y lo giro para ver un número desconocido resplandecer en la pantalla.
—¿Diga?.
—¿¡Se puede saber por qué no con restabas el maldito celular!?, anoche te fuiste sin dejar que te explicara las cosas. Huiste de mí y ni siquiera tu amiga sabía donde estabas.
Dios mío. Me quedo hecha piedra cuando escucho su dura voz vibrar en mi oído.
—¿Harry?, ¿quién te dio mi número?.—ignoro todo lo que ha dicho y me levantó furiosa del comedor para ir rumbo a mi habitación.
—Yo te hice una pregunta antes, Avery.
—¿Y tú quién te crees para hablarme así?, no eres nada mío, por lo tanto, no tienes derecho sobre mí. ¡Así que vete a la mierda!.—grito furiosa.
—¡No te atrevas a colgar!, o si no...
—¿Me estás amenazando?, ¿cómo te atreves?.
—Avery... .—dice ya más calmado.—quiero que hablemos, necesito que entiendas...
—Que eres hombre y tienes necesidades, ¿es eso no?, de acuerdo. Ya está, hasta nunca, señor Mikhailov.—corto la llamada y arrojo mi celular dentro del bolso que sostengo ya en mis manos.
Salgo de mi habitación y bajo las escaleras con rapidez para entrar en la limusina. Intento distraerme mirando a las personas que caminan por la acera, observando los grandes edificios y la variedad de tiendas mientras vamos por el centro hasta que el vehículo se detiene frente a la empresa.
Al entrar al edificio, saludo a las recepcionistas y voy hacia el elevador para llegar al penúltimo piso, donde Miles me sonríe pero al ver que no se la devuelvo, frunce su ceño y su modo maternal se activa.
—¿Mal de amores?.—es lo primero que pregunta y me asqueo un poco.—Como sea, pediré que te preparen tu malteada favorita.
—¿Cómo sabes cuál es...
—Estoy con tu tía de lunes a sábado, se muchas cosas de ti, pequeña.—le sonrío y el me guiña un ojo antes de subir al ultimo piso donde se encontraba la cafetería.
Voy directo a la sala de juntas donde ya estaban esperándome, y saludo a todos los ejecutivos dentro del espacio. Tomo lugar en una silla al lado del lugar de mi tía y ella comienza a decir lo maravillosa que será la respuesta de los consumidores. La encargada de finanzas habla de las ganancias que se esperan recibir y todos parecemos satisfechos ante lo mostrado. Después, interviene el chico encargado de los negocios internacionales, y éste me dedica una sonrisa antes de hablar.
—Es la cuarta vez que nuestros productos serán exportados hacia el continente asiático esperando ser aceptados y consumidos del mismo modo que los mismos productos hechos allá, ya que los últimos productos tuvieron gran demanda en Japón, Corea del norte, y en distintas partes de China. La próxima semana, se harán los envíos que pidieron las distintas empresas que lo ofrecerán.
—Es perfecto.—digo y varios ejecutivos asienten también, el castaño me observa con una gran sonrisa y después de su explicación, se termina la junta.
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Amor Inesperado
FanfictionLibro N° 1 de la saga "Amores dañinos" Avery Walton es un alma libre que no sigue las reglas de su padre. Un desagradable suceso la obliga a marcharse de su hogar y tras un año de su partida, Harry Mikhailov Styles, la sigue deseando con la misma i...