-¿Me puedes explicar por qué tenemos que ir a ese congreso?- Preguntó Jade notablemente cansada
-Es nota gratis, no reproches, Thirlwall- La regañó Jesy- Debiste ser más inteligente y comer antes de entrar como Ariana
Ambas chicas voltearon y vieron a la castaña correr con una botella de energizante en su mano.
-Un trago nada más- Advirtió
Jade tomó primero, luego Jesy y lo que quedó lo consumió su amiga.
-Insisto en si en verdad vale el tiempo esa nota- Susurró Jade mientras pasaba al auditorio, estaba muy lleno, no podía entrar un alma más en él- Como colmo ni siquiera sé de qué temática es.
-Es como una convención con los empresarios exitosos jóvenes, no lo sé- Dijo Ariana- ¡Allí hay lugares! - Se pusieron en le quinta fila de la primera, abajo, al frente del escenario, la vista era muy buena
Entonces el evento empezó, el rector dio la presentación. Efectivamente era de lo que Ariana había apuntado, empresarios jóvenes hablaban acerca de cómo manejar una empresa a la perfección, la razón de su éxito y cosas semejantes. Había pasado alrededor de una hora, la gente entraba y salía, aunque quedaba menos de lo que estaba antes, ya que era casi la hora del receso para luego volver a entrar.
Jade le dio un frío repentino, frunció el ceño por aquella sensación de su cuerpo.
-¡Démosle un aplauso a Perrie Edwards!
Entonces el corazón de Jade se paralizó, toda ella lo hizo. Jesy la vio prevenida por si cualquier cosa pasaba, cada cabello se le levantó y sus pupilas se achicaron, repentinamente empezó a sudar y a temblar. Jade por dentro no sabía qué hacer, todo parecía ser una broma, demasiado irreal para su gusto.
-La señorita Edwards ha sobresaltado en el mundo de los negocios en los últimos 5 años, ha sido impresionante, pero no les diré más, dejaré que ella lo haga, adelante, señorita.
Entonces Jade la vio y sintió morir.
Pasó aquella rubia que le robó suspiros a prácticamente todo el auditorio. Estaba seria, vestía un traje totalmente negro, muy parecido a aquel que había usado en la fiesta de la escuela. La morena se dio cuenta entonces de que no era una pesadilla, no era un sueño, era real y la persona por la que tanto había sufrido estaba frente a sus ojos.
-Necesito salir, Jess- Susurró Jade con la voz cortada
-Cerraron las puertas con llaves hasta el receso, no hay manera de salir- Advirtió mirando hacia las puertas, había guardias.
-¿Ella no es...?- Preguntó Ariana mirando a Jade
Ella le había contado en medio de una de sus tantas borracheras en las que fuera de su voluntad, el nombre de Perrie salía de los labios de su estudiante.
-Buenos días a todos ustedes- Habló la rubia.
Perrie no había visto a Jade, las dos eran ajenas a que el destino las juntaría nuevamente. La vida de la chica de ojos azules se había planteado más fría que nunca, después de haber corrido de su padre por fin cayó, y lo peor, había dejado a Jade por su culpa, la persona de la cual se había enamorado. Empezó a sufrir de insomnio porque el sufrimiento no daba tregua. Había días en los que quería volver a Jade, rogarle perdón de rodillas, pero aquella mirada amenazante de su padre se lo prohibía.
La profesora podía haberlo hecho caer, tenía todo aquello que era necesario, documentos, años de investigaciones, grabaciones, testimonios.
Pero hacer caer a su padre sería perjudicar muchísima gente solamente por una venganza que duraría solo un momento, no le quedó más que seguir manteniendo el imperio. Ya tenía todos los estudios, debido a que una de las condiciones para que se le permitiera estudiar historia, era también cursar administración en una de las mejores universidades y a la vez desarrollar técnicos que le pudieran ayudar con sus tareas.
Perrie no supo cómo sobrevivió, pero lo hizo.
Leigh a veces le contaba sobre Jade cuando hablaban por teléfono, le decía cuanto estaba creciendo, lo bien que le iba a la escuela, y lo mismo hacía Liam.
Aquella noche que estaban en el balcón la rubia no pudo callárselo más y le comentó al moreno aquello tan profundo que sentía por Jade, rompió aquella muralla de orgullo y soltó algunas lágrimas junto con el que era entonces entrenador. A pesar de que a Liam le dolió lo entendió, le aconsejó que le confesara a Jade lo que sentía y si era posible que cambiara de trabajo o en su defecto que fueran muy discretas. A su vez le pidió un beso. Perrie compasiva le dijo que sí, pero en ese momento tuvieron que dejar de hablar por las travesuras de Jade.
Liam no rompió el contacto con Perrie, le contaba que había encontrado el amor en una chica algo mayor que él que se llamaba Cheryl, a la rubia le alegró inmensamente.
-El mundo de la administración es infinito, en verdad no saben en lo que se meten- El auditorio rio, pero Jade seguía quieta, incrédula de lo que sus ojos veían- Confieso que el hecho de que sea empresaria es por culpa de mi padre, nunca fue mi primera opción- Perrie se movía con elegancia por el escenario- Lo mío es la historia, es mi pasión.
-¿Por qué no dijiste que era tan atractiva?- Susurró Ariana, Jesy le pegó en el hombro.
-Para ser grandes deben sacrificar mucho, incluso teniéndolo todo- Jade entonces se interesó- Puede que en un momento se sientan felices, pero sus vidas pueden cambiar en un segundo. Mi relación con mi padre nunca fue la mejor, pero al fin y al cabo él fue el que me puso en donde estoy ahora.
Perrie se detuvo un momento porque alguien levantó la mano
-¿Volvería a dar clases de historia si pudiera?- Preguntó un estudiante
-Sin dudarlo- Contestó- Algunos se preguntarán si lo que hago ahora me gusta, pues déjenme decirles, en la vida no siempre se hace lo que les gusta, eso es mentira de que uno siempre hace lo que quiera- Admitió Perrie ganándose la atención de Jade- En mi caso, busco el bien común, el bien de muchas personas que trabajan para mi empresa, y otras que se relacionan con ella.
-¿Cómo fue la partida de su padre?- Preguntó otro niño interrumpiendo a Perrie
Aquello tomó por sorpresa a Jade, el padre de su antigua profesora había muerto, frunció el ceño y volvió a ver a Perrie, su expresión no había cambiado para nada, incluso en temas tan sensibles como esos.
"Eres tan insignificante como Camila" Volvió a su mente, tuvo que apretar los ojos para volver a concentrarse.
-Mi padre le sirvió a mucha gente, mucha gente también lo quiso- Comenzó- No fue un santo- Se rio sarcástica- Créanme, era un maldito- Lo dijo en broma (Aunque no era broma) El auditorio rio- Pero también fue una de las personas más inteligentes que he conocido, lo que quería lo conseguía, en serio- Jade analizó sus palabras, había algo que no le cuadraba en todo lo que decía la rubia- Pero debo seguir su legado, en fin, a pesar de todo soy su hija.
La castaña volvió a perderse en esos ojos azules, eran tan profundos e hipnotizantes
"Es una lástima que te hayas enamorado de mí, Thirlwall, porque fuiste tan insignificante como Camila."
Jade no pudo evitarlo, Jesy tomó su mano y negó con su cabeza.
-¿Alguna vez se ha enamorado? Digo, es que se ve tan seria- Jade miró a la chica que preguntaba, una de las tantas cretinas de su clase
-Señorita, ese tipo de preguntas es inadecuada para la ocasión.
-No los culpo, rector, están aburridos de tanto tema, déjelos que se esparzan un poco- Dijo Perrie con risueñería, el hombre se sonrojó
-Adelante, entonces- Dijo
-Sí, me he enamorado, solo una vez en mi vida, desafortunadamente- Jade sintió un corrientazo, Jesy la vio de reojo, estaba totalmente atenta a la rubia- Mi vida sentimental es un fracaso total, chicos, no se enamoren.
Jade no pudo más y se levantó.
Entonces Perrie la vio y sintió perder el equilibrio. Estaba sumamente hermosa ante sus ojos.
Su niña.
-Jade- Dijo bajito en el micrófono.
Los chicos quedaron desconcertados en su conocer por la chica, pero se esfumó en el momento porque abrieron las puertas para que salieran, ya se había acabado el tiempo.