Capítulo 36

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Hoy podría visitar a Perrie, y estaba temblando de pies a cabeza. Llevaba un suéter de lana y unos jeans, no sé si eso era suficiente para ella, esperaba que lo fuera. ¿Qué me pasaba? Entonces me encontré con aquellos recuerdos cuando me arreglaba solo para ir a la escuela y ver a Perrie.

Maldita mujer.

La clínica estaba fría como de costumbre, estábamos Leigh, Lauren, Ariana, Camila y yo en la sala de espera. Faltaban eso de 5 minutos para poder entrar a verla, el doctor había advertido que estaba durmiendo, pero yo quería verla, la última imagen que tuve de su rostro fue mínima cuando estaba en la sala del quirófano. Ariana tomó mi mano y al instante apareció el doctor.

-¿Quién será la primera?

-Yo- Dijimos Camila y yo unísono

El doctor nos miró confundido, yo quería golpearla

-Tú primero, Jade- Murmuró Camila con una sonrisa que se veía algo forzosa, pero de igual manera se veía bien.

Estúpida.

Seguí al doctor y pasé a la habitación donde estaba Perrie. La vi desde la puerta y de tanta emoción creí llorar. Me acerqué con lentitud hasta estar a su lado. La detallé: Estaba abrigada con una manta, su cabello largo rubio le cubría parte del rostro, sus labios estaban rosados, pero no necesitaba tocarlos para saber que estaban fríos. Miré las pecas que cubrían su piel.

Era un ángel, mi ángel estaba aquí conmigo

Temblorosa le toqué la mejilla, se veía tan pálida.

-Creí perderte, pero sigues aquí, no te das por vencida, Edwards- Susurré- En verdad cuando pasan este tipo de cosas uno se da cuenta de que necesita a las personas, y la falta que le han hecho- Miré aquel aparatito que le permitía respirar con más facilidad que reposaba en su nariz y sonreí, con cuidado me senté a su lado y tomé su muñeca con suma delicadeza- Incluso en este estado te ves tan bella, Perrie Edwards, tu belleza será eterna.

En su mano se veían sus venas claramente, verdes y azules, yo las delineé con cuidado.

-Debo confesarte que al principio cuando te fuiste fue un martirio- Susurré- Los meses pasaban y era lo mismo, y llegó Harry, él me ayudó un poco, pero tú seguías en mis pensamientos.

No pude evitarlo y me acerqué a besarla, sus labios estaban fríos, fue un toque muy casto, pero a la vez sentí que volvía a vivir. Entonces Perrie se removió y me di cuenta de que empezaba a despertar, mi corazón se aceleró y al instante se abrió la puerta asustándome, era Camila.

Entonces Perrie abrió los ojos y la vio, Camila corrió hasta ella y se puso a su lado

-¿Camila?- Murmuró con la voz muy ronca

-Perrie- Susurró

-Jade- Me dijo mirándome fijamente ahora, y me limité a sonreírle, mi mano aún seguía en la suya. Camila nos vio de reojo

-Bienvenida al mundo de los vivos nuevamente- Le dije acariciándole el rostro, ella me sonrió, yo me derretí.

-¿Qué haces aquí, Camila?

-Estabas casi muerta, era lo mínimo que podría hacer- La chica rio, Perrie sonrió- Y debía agradecerte antes de que murieras- Perrie frunció el ceño y me miró.

-Creo que es mejor que las deje a solas- Me iba a levantar, pero la rubia tomó mi muñeca y me tiró hasta ella.

-No, no te vayas

Camila nos miró a ambas, sonrió de medio lado y su celular empezó a sonar.

-Me gustó verte, Perrie- Dijo, ella asintió sonriéndole

-A mí también, Camz- Murmuró la profesora, Camila se acercó y besó su mejilla, la rubia le apretó la mano y la chica desapareció de la habitación.

Entonces aquellos ojos azules se dirigieron hacia mí soñolientos, pero a la vez despiertos.

-Empiezo a creer que eres inmortal, que en verdad eres una diosa- Perrie rio- Ni si quiera las balas te matan.

-Pero casi lo hicieron- Comentó risueña, entonces su rostro cambió- ¿Qué pasó con Alex?

-Lo tiene la policía, se quería suicidar- Susurré delineando sus manos de arriba abajo.

-Qué dañado- Susurró

Pasó un momento de silencio en que me dediqué a verla, admirarla, conservarla.

-No pensé que Camila vendría- Dijo tocando el tema que no quería tocar

-Si me hubieses comentado que era así de atractiva todo sería más simple.

Perrie rio

-Camila ya no está enamorada de mí- Me dijo

-No lo creo

-Me mira distinto, Jade, es algo más fraternal, aunque no lo creas.

Yo fruncí el ceño, la chica de ojos azules suspiró y me tomó de la mano acercándome a ella.

-Y si así no fuera, ahora te quiero a ti- Yo sonreí, la rubia se levantó un poco y me besó con sutileza, yo correspondí al instante el encuentro con sus labios- ¿Cuándo me darán salida?

-Estás aún muy débil, en un par de días podrás salir

-¿Quedó marca?- Preguntó

-Te dispararon, sería raro si no quedara marca

Ella soltó una carcajada y allí me di cuenta de cuanto necesitaba que riera, poder conocer finalmente aquella mujer libre, buena y completa. Las ganas de llorar me abarcaron, la había extrañado mucho, y el temor recién se iba. Perrie al notar mi cambio se detuvo y me miró confundida.

-¿Pasa algo, Jade?

Yo al verla así preocupada no pude evitarlo y nuevamente la abracé mientras lloraba

-¿Jade?- Cuestionó preocupada, pero no me apartó

-Tuve mucho miedo, Perrie- Susurré entre sollozos- Te tenía y al momento sentí que te desvanecías entre mis manos

Su mano reposó en mi espalda y la acariciaba de arriba abajo. Me besaba con cuidado las mejillas.

-Ya pasó, Jadey- Susurró

Yo no pude evitar seguir llorando.

-Calma, nena, estoy aquí- Entonces empecé a respirar nuevamente y la vi, ella me sonrió y apartó las lágrimas de mis mejillas- Estaremos bien, Jade

Aprendiz, Jerrie ThirlwardsWhere stories live. Discover now