Jade se levantó tarde, se duchó a la velocidad de la luz, se peinó como pudo, tomó una tostada, se despidió de su padre y prácticamente voló a la escuela. Sabía que, a pesar de todo, a Perrie le fastidiaba que los estudiantes llegaran tarde, y eso fue excusa suficiente para presionar a Justin para que manejara mucho más rápido de lo que lo hacía.
Llegó a la escuela, entró al salón, y sin ver a la profesora a los ojos le dijo
-¡Lo siento, me retrasé!- Murmuró levantando la vista.
Se asustó cuando no se encontró con aquellos mares azules, en su lugar había un hombre mayor, con gafas que tenía un aspecto muy rígido.
-Llega tarde, señorita- Fue lo único que murmuró el hombre
-¿Quién es usted?- Cuestionó Jade con amargura- ¿Dónde está Perrie?
-¿La profesora Edwards?- Le corrigió con desaprobación- No es asunto mío, pero desde hoy yo seré tu profesor, te conviene tener un poco más de respeto, niña
-No entiendo- Susurró para sí misma
Todo el salón estaba expectante a la escena, Jesy que era intuitiva pudo saber lo que pasaba y que Jade por todo el impacto de la situación se negaba a aceptar.
Perrie se había ido.
Bien sabía que su amiga estaba perdidamente enamorada de aquella egocéntrica rubia, lo sabía desde el primer momento en que la vio y también supo que era inevitable. Jade estaba temblando porque no entendía nada, lo único que se le ocurrió fue salir del salón e ir donde el director.
-¿Qué hiciste, Edwards?- Se preguntó mientras corría
A pesar de que el profesor le gritaba que volviera a clases no se devolvía, al contrario, corría más rápido. Abrió la puerta de la oficina ignorando a la secretaria.
-¡Señorita Thirlwall!- La regañó el director.
-Perdóneme, necesito saber qué pasó con la profesora Edwards- Dijo jadeante
El director se asombró por el aspecto de la joven, tenía un semblante que nunca le había visto.
-¿Por qué esa información es de su interés?- Contraatacó interesado
Jade tenía que pensar rápido, había olvidado que estaba en la escuela, que nadie sabía de lo que tenía con Perrie.
-Mi padre necesita entregarle un dinero de las tutorías que me estuvo dando, y se irá de viaje antes de que se lo pueda entregar.
-Edwards renunció ayer por un mensaje de texto, lamentable suceso. Vino hoy muy temprano a pasar su carta formal y pedir mi sello de aceptación.
La morena sentía desfallecer. Aquel temblor se intensificó y se le secó la boca, sentía tantas cosas: Rabia, confusión, sorpresa, y lo peor.
El corazón hecho añicos.
Tenía que encontrarla, porque a pesar de todo eso le parecía un chiste.
-¿Tiene alguna información de adónde va?
-Ojalá alguien se interesara por pagarme como lo hace usted, señorita, y no, no tengo idea de a dónde va.
El director le ofreció una mirada curiosa a la estudiante que simplemente bajó la cabeza decepcionada.
-Gracias, es usted muy amable- Y salió de la dirección dando un portazo.
Sin prestarle atención a las clases tomó un taxi y fue directamente al apartamento de la rubia, con la vaga y mísera esperanza de encontrarla allí. Se registró en la recepción y a pesar de que el celador le dijo que no había nadie, ella pasó. Tomó el ascensor y se encontró con la puerta del apartamento de Perrie abierta, pasó sin siquiera preguntar, con mucho silencio. Su corazón se le aceleraba y se quebraba de a poco en ese lugar, no podía controlar el llanto que rogaba por brotar. Se encontró entonces con una figura morena en el balcón.
-Sabías que tarde o temprano pasaría, Jauregui- Murmuró al teléfono- No lo sé, solo sé que su vuelo es pronto- Entonces Leigh volteó y se encontró con Jade que la miraba estupefacta luego de lo que había escuchado
-Así que lo sabías y de igual manera no hiciste nada
Leigh la miró con compasión consiente del daño que le había causado Perrie
"Qué macabra fuiste, Edwards" pensó la morena.
La rizada pensó rápido
-Una mentira por otra mentira- Murmuró- Me dijiste que no estabas enamorada de Perrie ¿Por qué debería de confesarte algo que no es de tu interés?
Flashback Leigh-Anne.
-¡¿Me puedes explicar que son esas maletas?!- Pregunté exaltada consiente de lo que le diría.
-No tengo más opción, sabes por qué- Respondió Perrie.
Entonces la miré, tenía unas ojeras que ayer no tenía, se veía cansada, había llorado.
Estaba herida.
-No me hagas repetir el por qué me voy como si no lo entendieses, Lauren y tú bien conocen como es mi vida gitana.
-¿Qué pasará con Jade?- Pregunté
Entonces parece que la pregunta le tomó por sorpresa y bajó la mirada resignada.
-No puedo verla, no tengo el valor.
Sin más me acerqué y le pegué una bofetada, ella no reprochó.
-Eres una cobarde, Edwards, sabías como era tu vida y aun así lo hiciste
Me acerqué y la abracé, ella se aferró a mí, contenía el llanto.
Esta vez había dolido más.
-Necesito un favor, Lee- Susurró- Sé que Jade vendrá y tú estarás aquí- La miré a los ojos, estaban cristalizados- Necesito que la hieras, que tus palabras la corten
Fin del flashback
Leigh tragó en seco al ver aquella chica que ahora llevaba un semblante muy frágil, sentía que otra oleada de tal magnitud terminaría por romperla.
-Es de mi interés- Dijo cabizbaja la morena- ¿Dónde está? - Preguntó en un susurró
-No te lo diré, Jade, no insistas
Sin decir nada más, dejó el apartamento y esta vez las lágrimas no demoraron en salir.
-Te encontraré, maldita- Susurró Jade en el ascensor, al minuto ya estaba su puño doliendo por haberle pegado al acero
Tomó un taxi directo al aeropuerto más cercano, si le tendría que costar todo su esfuerzo encontrarla pues lo haría. Entonces mientras iba dentro del auto analizó sus acciones, se dio cuenta de lo distinta que era antes de Perrie y lo que era ahora. Recordó con nostalgia sus actitudes tan desesperantes y arrogantes. Sollozó en silencio.
Le pagó al taxista y entró al gigante aeropuerto, según lo que había escuchado aún no se había ido. Empezó a correr buscando aquella cabellera rubia que era totalmente reconocible para ella, recordó su olor, su textura. Corría y corría y no la encontraba.
Entonces sentada en una parte alejada la vio.