Mi amada Jade:
Esta es una carta porque realmente me duele el corazón de lo mucho que te amo, porque sinceramente es imposible de describir con palabras. En este momento es de noche, tuve que encender la lámpara de nuestra mesa de noche para poder escribir bien, porque no quería interrumpir tu sueño.
Tienes tu pierna sobre las mías y no hay cosa que sienta más íntima que esa, o tal vez la forma tan tranquila en la que duermes y tu cabello cubre una parte de tu rostro, o tal vez la forma en que la luna resalta partes de tu silueta. Probablemente seas lo más cercano a una situación espiritual que he tenido, pasaste de ser una traviesa estudiante a un ángel que atravesó todo de mí, el sexo, las caricias, los abrazos, tus besos, tus sonrisas, tus ojos, te juro que todo se convertía en una experiencia espiritual.
Tú llenas mi vida de luz, haces que conozca sensaciones de una manera tan intensa que siento que nunca más podré repetirlas, pero contigo, todo es tan nuevo. Recuerdo cada mirada tuya, cada gesto, cada travesura. Tengo memorizado tu cuerpo de arriba abajo, conozco tus placeres y tus molestias y siento que no hay mejor aprendizaje que ese.
Fuiste mi aprendiz y yo terminé aprendiendo de ti.
Te amo con todo mi corazón, vida mía, esposa mía.
