Entrada_12

234 33 14
                                    

Lunes, 1 de julio de 2114

Hola.

Ya me conocéis por lo que os ha contado D de mí. Soy Jake, su hermano mayor. Creo que entendéis el significado de que esté aquí, escribiendo en su diario. Tampoco voy a especificar demasiado. Simplemente, han pasado los tres días. Bueno, en realidad, ha transcurrido una semana y dos días. Y no ha regresado.

La tormenta duró cinco días y las catástrofes en la superficie fueron bastante notables. Cuando salió el primer grupo de exploración (yo iba entre ellos), descubrimos muchos árboles derrumbados, ramas y troncos rotos cubiertos por una gruesa capa de hielo. Y, debajo, había liebres y otros animalillos que no habían encontrado refugio a tiempo. Pero no hallamos ningún cuerpo humano. Puede que D siga viva, pero, por ahora, está desaparecida.

Deberíais saber el final de la historia. Si D murió, si encontró a Javi y a su amiga, si Adam sigue vivo… Yo soy su hermano así que también debería saber lo que ocurrió. Pero no puedo saberlo.

D me pidió continuar lo que ella empezó, describir nuestro mundo en hojas de papel mineral. Quería que hiciese de esto un diario, que contase mis pensamientos y emociones por escrito. Está claro que no tengo su talento para escribir pero voy a cumplir sus deseos.

Empecemos con las presentaciones:

Hola, soy Jake y tengo 21 años. Vivo en una ciudad subterránea llamada Dreo y soy nevado. Somos un grupo de personas que sobrevivió a una secuencia de catástrofes naturales conocida como el Cambio. Mis padres y mi hermana más pequeña murieron en este. Mi otra hermana menor está desaparecida. Estoy bastante solo, aunque otros dirían que estoy rodeado de gente, ya que soy una persona muy sociable. Soy importante en mi ciudad y la gente confía en mí, pero no tengo demasiados buenos amigos. Mi círculo, pese a lo que os dijo D, es bastante limitado y consta de tres personas, antes cuatro, a parte de mí: mi hermana desaparecida, D; mi mejor amiga y novia, Natalia o Nat; mi compañero de fatigas y un gran amigo, Diego; y un joven marinero con el que mantengo contacto por correspondencia, Andy. Era mi mejor amigo antes del Cambio. Él no murió pero no tomó el rumbo que seguimos D y yo. Establezco contacto con él por medio del video-chat. D nunca usaba Internet por lo que no os lo mencionó, pero aquí disfrutamos de una tecnología básica: electrodomésticos y ordenadores que, aunque están magullados por todo lo que pasaron antes de llegar a Dreo, aún funcionan bastante bien.

Hoy quiero aislarme del mundo por una noche, olvidarme de que mi hermana está desaparecida, de que puede estar muriéndose o gravemente herida. Esta noche voy escabullirme del planeta tierra, de la búsqueda sin sentido en la superficie, de la desesperación por no saber de ella. Voy a escribir. No se me da bien dibujar por lo que no puedo relajarme como D.

Nat ha estado todas estas noches durmiendo conmigo. Sí, “durmiendo”. No me juzguéis. Es una chica estupenda. La conocí el primer día que pasamos en las grutas subterráneas. Desde que abandonamos nuestra casa, nunca me separé de D, pero, en aquel momento, había ido a comprar una manta a la familia Williams (los más snob de la ciudad). Cuando la conseguí, volví corriendo al rincón donde había dejado esperando a D. En el camino choqué con una joven de mi edad pero bastante más bajita. Tenía el pelo negro y la piel oscura. Me miró a los ojos y me vi reflejado en su mirada oscura y prudente. Era y es muy hermosa.

Desde aquel momento me la encontré en muchos sitios. O quizás ya me la llevaba cruzando durante algún tiempo pero me fije en ella hasta el choque.  Y así surgió nuestra amistad. Descubrí su pasado: una tragedia similar a la mía; conocí su dedicación y responsabilidad en lo que hacía, me acostumbré a su imaginación y a su locura, y me fui enamorando. No sé cuándo ni cómo, pero un día, como cinco años después de haberla conocido, me imaginé que besaba sus labios y que me volcaba en esa mirada oscura tan bella. Asumí que me gustaba, y mucho, pero no tuve el valor de decírselo. Deje pasar el tiempo y cada vez estaba más coladito por ella. Hasta Diego se dio cuenta de la forma en que la miraba.

Finalmente, le pedí una cita y ella aceptó sonrojada. Fue la primera vez que vi sus mejillas ponerse coloradas. Fuimos a cenar (una liebre que cacé para ella) y después la acompañé a la sala de entrenamiento. Allí había colocado algunas velas y una manta en el suelo. Como veis, en Dreo no hay demasiados sitios románticos y mi imaginación para organizar primeras citas memorables también es verdaderamente horrible...  Sin embargo, ella sonrió cuando vio lo que había preparado para la ocasión.

Tras algunas risas, surgió. Me miró a los ojos y me sumergí en su preciosa mirada azabache, que brillaba con la luz de las velas. Nos acercamos y, finalmente, posé mis labios sobre los suyos. Fue un beso tierno y muy dulce.

(Mientras escribo esto tengo una sonrisita de subnormal en la cara, para que sepáis el grado de enamoramiento que tengo…)

Tras alguna cita y algún beso más, nos hicimos novios. Esto ocurrió hace unos tres meses. Sí, lo sé, es mucho tiempo para no habérselo contado a la única familia que me queda, pero, como ella dijo, soy algo negado para estos temas y me vuelvo tímido cuando tengo que hablar de ello. Además, según Diego y Andy (las únicas personas a las que se lo he contado), cuando hablo de Nat, parezco, citando sus palabras, “un idiota medio marica muy pesado que adora a su novia y que está demasiado enamorado”. Me lo han dicho así de claro, así que debe ser grave… Jeje :)

Ya iba a contárselo a D pero ella nos descubrió antes y ahora ni siquiera puedo hablar de esto con ella. 

-------------------------

¡He vuelto! ¿Qué tal? 

Un mes después, he regresado. Como dije, voy a subir varias entradas, para recompensaros la espera. 

Continuaaad -->

Un diario para la posteridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora