Entrada_11

308 36 18
                                    

Sábado, 22 de junio de 2114

Hoy se han suspendido todas las actividades. Hay una tormenta bastante horrible. Está todo colapsado. Los cazadores no van a poder salir en tres días como mínimo. Eso nos pone en un problema, porque no tenemos tanta comida en nuestro poder como para tener provisiones que duren demasiado. De hecho, probablemente se agoten. Y, si se agotan y viene otra tormenta así antes de poder reponerlas, la hemos fastidiado. Sólo tendremos los horribles y viscosos peces del laguito de La Plaza.

Habitualmente, las tormentas de la superficie duran unas horas y consisten en fuertes vendavales y nevadas bastante torrenciales, que congelan todo a su paso. Aunque no al bosque. Como hay mucha humedad y mucho frío, la mayor parte del suelo está congelada. Sí. El suelo está congelado. No es que esté cubierto de nieve. No. En ese caso no estaríamos refugiados en grutas a varios metros de profundidad. El suelo está, literalmente, congelado. Muchos techos de las grutas están totalmente cubiertos por estalactitas y por gruesas capas de agua helada. Al menos, tenemos agua potable para dar y tomar. De hecho, creo que se la vendemos a otros grupos de supervivientes que no tienen agua. No tengo ni idea de cómo mandan el agua a otros lugares del mundo, así que no estoy muy segura de esto.

Los árboles hacen que la tierra sea un poco más fértil, lo suficiente para que las coníferas sobrevivan. De hecho, ahora estas plantas tienen hojas duras y frutos venenosos, para asegurar su propia supervivencia. Es espectacular la manera que tienen los organismos para sobrevivir. La flora de hoja perenne que antes nos daba frutos secos, ahora ha evolucionado para que no nos comamos sus medios de reproducción.

Esta tormenta, en cambio, se parece a los temporales que había al inicio del Cambio. El viento va muchísimo más rápido que normalmente y lo que está cayendo del cielo son enormes pedruscos de hielo. Si te cayese una de esas cosas en la cabeza, morirías en el acto. Han destrozado y agujereado los techos más finos de las grutas, y esos techos tienen un metro de grosor como mínimo. Por suerte, no había nadie debajo. Además, el viento no lo hace más fácil. Ahora mismo es tan fuerte y va tan rápido que podría arrastrar a un elefante varios kilómetros. Seguramente ya hay varios árboles (de esos tan altos) por los suelos. Y esos árboles tienen unas raíces kilométricas.

Cuando termine, tendremos madera para tres meses, al menos. También habrá liebre congelada para una temporada… Y quizás la extinción de este animal, que había conseguido sobrevivir al Cambio.

Estas tormentas lo que logran es deprimir a la población. Nos recuerdan que somos unos mierdecillas en nuestro inmenso planeta. Nos dicen que somos insignificantes y que podemos ser fácilmente aplastados como molestos insectos. Que, aunque seamos seres inteligentes, un poco de viento y granizo puede matarnos.

Nuestro cuerpo es nuestra debilidad. Nuestro cuerpo tiene necesidades biológicas. Tenemos que comer y que beber. Sentimos el frío y el dolor. Atrapamos enfermedades. Necesitamos compañeros. Nuestras vidas se agotan y, para no extinguirnos, nos reproducimos. Si nos reducimos a estas características, somos más vulnerables que un microorganismo. Porque una bacteria, por poner un ejemplo, no siente frío. Es tan minúscula que puede sobrevivir a una tormenta torrencial. Puede reproducirse sin necesidad de un compañero. Se puede alimentar con casi cualquier cosa. Se adaptan a casi cualquier situación (pueden vivir dentro de un témpano de hielo o en el mar).

La simpleza de su organismo la hace más resistente que cualquier otro ser vivo.

Pero, hay que reconocer que nosotros nos podemos adaptar a situaciones bastante extremas. Y eso es gracias a nuestro cerebro. Nuestra imaginación crea soluciones ante los problemas. Pero nuestra inteligencia puede ser nuestro mayor problema. Estamos lo suficientemente evolucionados para vivir más allá. Nosotros no sobrevivimos. Nosotros queremos vivir. No somos autómatas que respiran. Y no nos late el corazón para evitar la muerte. Nosotros forjamos lazos con otras personas. Lazos de amistad y amor. Tenemos sentimientos. Y esa es otra clave de nuestra debilidad. Podemos salir más heridos por un sentimiento que por una herida física.

Nos preocupamos por otra gente y les apreciamos. Puede doler más el fallecimiento de una persona a la que amas que tener las dos piernas rotas, la piel al rojo vivo y un palo clavado en el ojo. Pero es eso lo que nos hace humanos. Los sentimientos. Locuras que se hacen por amor. Locuras que se hacen por odio. Locuras que sólo hacemos los humanos.

Y la locura que te lleva a salir a la intemperie cuando hay una tormenta mortal, esa locura de no querer encontrar el cadáver de otro ser querido, esa locura es la que me está moviendo ahora. Porque soy humana. Una humana bastante más cerrada que cualquier otro, pero una humana, al fin y al cabo. Y tengo sentimientos. Javi está fuera y no tiene refugio. No está solo. Hay otra muchacha con él. Y la chica no es tan desenvuelta como parece. No van a sobrevivir a esto sin un refugio realmente bueno. Un refugio como lo son las grutas de Dreo. Y no una simple cueva en el medio del bosque. Y, si no salgo cuanto antes, voy a morir porque la tormenta va a ir a peor.

Ahora es cuando os preguntáis que por qué no me voy ya. Por qué narices estaré escribiendo. Bueno, no soy la única que tiene sentimientos. Resulta que he aceptado ser amiga de un chaval que aparece en los momentos más oportunos. Adam me ha descubierto preparándome para salir. Lo ha querido impedir pero mi mirada debía destellar determinación porque se ha rendido. Como buen caballero me va a acompañar. Estas locuras son las que no entiendo. Y lo digo yo que estoy a punto de cometer una tontería que nunca me imaginé. Pero seamos serios. Adam me conoció personalmente hace una semana. Nunca había hablado con él en una conversación propiamente dicha hasta entonces. Yo a Javi lo conozco desde hace mucho tiempo. Me parece estúpido que se sacrifique de esta manera. Pero ahora ha ido a por sus cosas. Y, ya que va a acompañarme en esta tontería, le voy a esperar, a riesgo de que sea demasiado tarde para Javi y para Lorena.

Me despido por si no vuelvo a escribir. He dejado el diario entre las pertenencias de mi hermano. Él lo encontrará y continuará describiendo Dreo y nuestra sociedad para vosotros, si yo no vuelvo. Espero que también lo use para compartir su vida y sentimientos. Sinceramente, a mí me ha consolado escribir aquí.

Hasta que vuelva… :) Y, si no vuelvo, espero que alguien haya leído este diario y le haya sido útil.

Tenía intención de decir mi verdadero nombre pero… aún duele. Si sobrevivo, y traigo a Adam, a Javi y a Lorena conmigo, os prometo que os lo diré.

Si muero, os dejo imaginarlo. Ya sabéis que empieza por A… Si Jake continúa el diario, seguramente os lo diga. A él sí que le gustaba mi nombre.

 Fdo: D

<< Estoy siendo egoísta contigo, Jake. Pero tú tienes amigos aquí. No soy lo único en tu vida. Me quieres y yo a ti, pero no quiero que estés pendiente de mí. Yo sólo te tengo a ti, a Javi (y por consiguiente a su amiga Lorena) y, ahora, también a Adam (que ha insistido en venir conmigo). Y Javi me necesita en estos momentos y tú estarás bien sin mí, espero que lo entiendas. Además, esto no tiene por qué ser una despedida. Dame tres días para volver. Si para entonces no he regresado, puedes continuar mi diario. Ahora que lo has leído, sabrás que sé de tu noviazgo con Nat. Te doy mi aprobación para salir con ella aunque parecías no necesitarla ;-). Parece buena chica. Un abrazo, hermano. (Borra esta nota del diario, es privada)>>

----------------

Por favor no borréis mi historia de vuestra biblioteca. De verdad que os prometo que la historia no ha terminado aún. Y nadie os impide que sigáis votando y comentando :)

Gracias por haber leído hasta aquí :) 

Un diario para la posteridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora