Entrada_15

199 30 4
                                    

Miércoles, 31 de julio de 2114

Hola.

Hoy he cazado dos pájaros grandes. Vamos a poder disfrutar de caldo de ave por unos días.

Antes, cuando sólo estaba dos horas por día en la superficie, habría estado orgulloso de la hazaña, pero ahora, que salgo todos los días durante mucho tiempo, tarde o temprano tenía que haber cazado algo. Nat y Diego me han acompañado, aguantando mi estado de ánimo huraño y sombrío, por no hablar de la nieve y el viento congelado. No es fácil soportar más de ocho horas de un clima especialmente frío. Pero ellos no se han quejado y no me han dejado solo en ningún momento. Ya casi he asumido que mi hermana no va a volver. O eso quiero pensar yo. Mi carácter borde indica claramente que no lo he superado para nada.

Mañana se cumple un mes desde que escribo en el diario de D. Mucho tiempo y no hay noticias. Ni buenas ni malas. Es casi peor no saber qué ha pasado, que saber que está muerta y poder superar la pérdida asumiendo que no la volveré a ver, ni seria ni alegre.

La quiero tanto. Intenté sustituir a mis padres para educarla, intenté convertirme en su mejor amigo, intenté ser un buen hermano mayor. No sé si fue suficiente.

No puedo hablar con Diego sin pensar en que, quizás, mi hermana esté con una pierna rota, sola en el bosque. Y eso que he peinado toda la zona y no he encontrado nada.

No puedo decirle a Nat lo preciosa que es sin recordar cuando se lo decía a D y ella me ponía los ojos en blanco. Ellos están soportando parte de mi dolor y no es justo. Diego intenta hacerme reír y cuando lo consigue, mi risa no es natural, sino que suena oxidada y estridente. Pero él sigue a mi lado, como buen colega, aguantando mis respuestas cortantes y bordes. Le debo tanto.

Natalia trata de reconfortarme besándome y distrayéndome. Para hacer honor a la verdad, algunos besos que me da me hacen olvidar todo lo que no sean sus suaves labios y su increíble aroma a bosque. Entonces, me siento culpable por  no estar buscando a mi hermana, y aparto bruscamente a mi novia, que me mira con esos ojos negros tan bonitos destilando lástima. Si me odiara y me dejara solo lo entendería y, sin embargo, me aguanta y sigue intentando reconfortarme. Es una chica estupenda. No merezco que esté conmigo.

No he hablado con Andy desde antes de la tormenta. Me ha llamado muchas veces, supongo que preocupado. Y yo no respondo sus llamadas porque no quiero que él también tenga que aguantar mi horrible estado de ánimo. Pero no se rinde, llama todos los días para saber de mí. Aunque viva a miles de kilómetros, no se olvida de nuestra amistad.

Por medio de las videoconferencias, hemos conseguido no abandonar esos recuerdos de cuando éramos adolescentes zumbados que rezumaban hormonas y estupidez. Tuvimos que madurar muy rápido cuando perdimos nuestra familia y nos tuvimos que hacer cargo de nuestros respectivos hermanos menores. Por eso, cuando descubrimos que podíamos continuar en contacto vía Internet, restauramos nuestra amistad recuperando la edad del pavo mientras hablábamos de chorradas. Y yo ahora estoy estropeando todo al no pulsar la tecla “Intro” y aceptar la video llamada. No soy capaz de poder fingir estar como siempre durante media hora.

Soy idiota, tengo amigos geniales y la mejor novia. Pero yo soy idiota.

Dicen que soy sociable. No obstante, necesito la esquina que falta en mi cuadrado de confianza. No puedo convertirlo en un triángulo equilátero. No. Tiene que ser un estúpido cuadrado sin un maldito lado.

Es normal estar triste cuando pierdes a la última persona de tu familia. Lo que no es normal es el modo en el que me lo estoy tomando.

Soy idiota.

---------------------

No sé si os gustará esto... Jake no está precisamente contándonos cómo es la vida en Dreo... Creo que es más bien un desahogo...

Bueno, hoy creo que ya es suficiente. Tres entradas. Mañana subiré más :)

Un beso.

 PD: Quería agradecer los votos y los comentarios. Sois geniales y me animáis a seguir.

Seguid así, por favor. 

Un diario para la posteridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora