Entrada_27

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Martes, 25 de noviembre de 2114

Lorena tardaría más o menos unas dos semanas en recuperar las fuerzas y pronto nos volvimos a poner en camino. Yo le había preguntado a Javi sobre su relación con Lorena y según él, “no tenían nada”. En realidad, no pregunté para saberlo yo, pues estaba claro que Javi estaba perdido por Lorena, fue más bien para ver si él lo sabía. Lorena no ocultaba lo que sentía, ella quería a Javi y aunque no se lo dijera se lo demostraba. Se notaba en pequeños gestos, como cuando le cogía la mano mientras caminaban, cuando le besaba la frente o las mejillas porque sí, pero sobretodo, cuando le miraba con esos ojos tan grandes reflejando nada más y nada menos que amor.

Pero Javi de todos esos gestos no se daba cuenta. Él intentaba negarlo, pero no engañaba a nadie salvo a sí mismo. Era muy gracioso verle cuando Lorena le miraba. Primero, se ponía muy rojo, después se calmaba y miraba a la chica con amor. Por último parpadeaba y miraba rápidamente hacia otro lado. Así siempre. Y Lorena conocía los sentimientos de Javi. Todos los conocíamos menos él. Pero ella no le decía “te quiero” o “seamos novios”. Simplemente esperaba a que él se diera cuenta por sí mismo.

En fin, que entre Andy y Philip que se amaban muchísimo y harían todo por el otro, y Javi y Lorena, que estaban perdidos el uno por el otro, Adam y yo estábamos que no cagábamos del amor que nos rodeaba.

No sé qué día fue. Solo recuerdo que era noche de luna nueva y estábamos en un claro refugiado del viento. Andy y Philip se habían apartado para estar solos y estábamos nosotros cuatro reunidos alrededor de una hoguera. Yo estaba sentada entre Adam y Lorena. No sé cómo surgió el tema, pero Adam de repente soltó algo como “¿Y vosotros cuándo os besasteis por primera vez?”. De verdad que no tengo ni idea de cómo se le ocurrió que esa era una pregunta inteligente y adecuada. Solo diré que las caras de póker de los interpelados fueron épicas. Lorena estaba totalmente seria y, tras alguna mirada poco agradable hacia Adam, se quedó mirando a Javi esperado su reacción.

La expresión del chico era todo un poema, aunque al principio parecía no haber entendido la pregunta, después se había puesto totalmente rojo. Ni un solo huequito de su cara estaba de un color natural. El caso es que miró rápidamente a Lorena y después apartó la mirada a una velocidad impresionante y se quedó observando una piedra del suelo.

Y claro, se sentía la tensión amorosa entre ambos… Finalmente, Lorena apartó su mirada de Javi y se dirigió a Adam.

–No nos hemos besado nunca –le dijo con calma y cierta dureza.

A esas alturas el rubio ya se había dado cuenta de su metedura de pata y se moría por que el cielo le tragase. Cuando ya se había puesto de pie casi me arrastró por el suelo para que me marchara con él. Lo que pasa es que no nos alejamos demasiado y eso hizo que escuchásemos la conversación, y puede que espiásemos entre los árboles. Me siento incómoda por contar esto, pues no tiene nada que ver conmigo, pero fue muy bonito (y Javi me ha dado permiso después de haberse enfadado un tanto).

Escondidos tras los árboles y comidos por la curiosidad, escuchamos de casualidad... Vale, si cuento esto, lo reconozco, eso fue un espionaje y un meterse donde no nos llamaban en toda regla.

–Javi, ¿qué te pasa? –preguntó Lorena divertida.

–N-nada –respondió él.

–Estás rojo.

Javi se dio la vuelta sin dejar de mirar el suelo y se puso más rojo si cabe. En un estado normal, nos habría visto ahí escondidos pero sus receptores no estaban precisamente bien sintonizados.

–Hey –siguió hablando la chica–, sinceramente, ¿qué es lo que te ha molestado de lo que ha preguntado Adam?

–N-nada.

Javi parecía incapaz de decir algo coherente y yo estaba a punto de salir del arbusto y darle una buena colleja.

– ¿Acaso soy tan fea que no puedes ni pensar en que nos besemos? –añadió, bromeando para aligerar un poco la situación.

Javi se puso aún más nervioso y negó con la cabeza. Nunca en toda mi vida lo había visto así, tan alterado. Parecía que le había dado un calambre.

– ¿Entonces? Javi, solo era una broma, Adam no suele cortarse al decir las cosas. Tú sabes que a mí no me importaría que nos besáramos.

Javi casi se atraganta. Al parecer, no era consciente de que a Lorena “no le importaría que se besaran”. Claramente, esas palabras significaban “HEY JAVI, AQUÍ LORENA, BÉSAME IDIOTA”. Pero Javi estaba demasiado nervioso como para interpretar esas palabras.

– ¿N-no te importaría?

– ¡Claro que no! Javi, te quiero.

Y en ese momento Javi debería haber aprovechado… pero no. Se quedó embobado, como si la cosa no fuera con él. Parecía un bebé intentando comprender porque el cubo no pasaba por el agujero circular. Lorena suspiró exasperada, cogió su cara entre sus manos y lo besó en los labios.

–Y-yo –dijo Javi aturdido e intentando ordenar sus ideas después del beso–, t-te quiero.

Y esta vez fue él quien juntó sus labios.

No hace falta decir que nosotros nos marchamos justo después para dejar intimidad a la nueva pareja del grupo.

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N/A:

Aquí tenéis un nuevo capítulo! Feliz nochebuena a tod@s! Yo me voy a preparar ahora...

Votad y comentad (como regalo de cumple, ehh)

Un diario para la posteridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora