*****Narra Ashley*****
Sarah señala los papeles donde tengo apuntados los nombres de David y Blas. A ver cómo se lo explico yo ahora...
-Verás Sarah... David y Blas se han enamorado de mí y yo no sé a quién escoger, ya que me atraen los dos y...
-Ash, hay algo que tampoco te he contado... Carlos y Álvaro también se han enamorado de mí y me atrae más Carlos pero Álv tampoco está nada mal...
-Pues mira, lo que yo he hecho ha sido partir un papel y poner los pros y contras de cada uno, y me quedaré con quien más me convenza. Quizá deberías hacer lo mismo...
-Tienes razón... Oye, tengo que irme, son las ocho menos diez y si llego tarde me matan y no quiero seguir discutiendo con mi familia, y además tenemos que pensar en cómo dejar a Mario y a Alex...
-De acuerdo, ya le iremos dando vueltas.
Nos dirigimos a la puerta, nos abrazamos y Sarah se va.
Diez minutos más tarde llega Blas con una mochila negra donde supongo que guarda el pijama.
-Hola, mi reina.- me abraza y yo le sonrío.- Alex no ha estado aquí, ¿verdad?
-No, tranquilo.
Pasamos al salón y ahí me fijo en que no he tirado los papeles de la elección. Mierda, tengo que esconderlos.
-Blas, siéntate, yo voy a preparar algo para la cena... ¿Qué te apetece?
-Mmmm... ¿Tienes hamburguesas?- asiento.- ¿Me prepararías una, porfi?- dice mirándome con ojos de cachorrito.
Esa mirada... Dios mío...
-Marchando dos hamburguesas. ¿Y de beber?
-CocaCola, si tienes.
-¡Hecho!- sonrío y él se sienta de espaldas a mí.
Es el momento. Cojo los papeles, los arrugo y los meto en la basura.
Fiu. Salvada.
Preparo las hamburguesas con unas patatas y lo dejo todo en la mesa mientras él me observa atentamente.
-Me encantas, Ashley. Tu forma de hablar, de sonreír, de hacer las cosas, de mirar, de respirar, de existir... Toda. Me encantas, y te necesito a mi lado, sin ti soy un cuerpo que vaga por Nueva York, contigo es como si flotara y fuera un ángel...
Me ha dejado anonadada. ¿En serio soy capaz de provocar a este chico todas esas cosas? Ni yo misma me creía capaz.
-Blas...
-Shhh, vamos a comer y luego seguimos hablando.
Asiento y nos comemos nuestras hamburguesas mientras hablamos, como si lo que hubiera dicho antes no existiera.
-Bueno, pues ya está.- le digo.- Voy a recoger todo esto...
-No. Tú te quedas sentada- se levanta-, me has preparado la cena, yo recogeré por ti.- me da un beso en la cabeza mientras recoge los dos platos.
Me giro a mirarle y veo su gran y fuerte espalda agachada programando el lavavajillas... Mmm... Me encanta.
Me quedo embobada mirándole y cuando quiero darme cuenta está acercándose a mí.
-No puedo resistirme a esto...
Se agacha y se humedece los labios, cosa que yo también hago, y nos acercamos poco a poco, hasta que llaman a la puerta.
*****Narra Sarah*****
Me despido de Ash y voy directa a mi casa, estoy pensando en lo que Ash me ha dicho, poner el nombre de los chicos en un papel y... no, no puedo hacer eso.
Voy pensando en todo esto cuando un rubio se pone al mi lado.
-Tú eres la amiga de Ashley, ¿no?- dice mirándome con sus ojos azules.
-Sí.- sonrío.- Tú eres Dani, ¿verdad? Te he visto en la casa de Álvaro.
-Ese mismo.- sonrío.- Podríamos quedar algun día todos, para ir a la playa o a tomar algo.
-Vale.- río.- Díselo a los chicos, yo se lo diré a Ash.
-De acuerdo, ya hablaremos.- me sonríe y se mete en una tienda de deporte.
Qué chico más majo, seguro que quiere quedar para ver a Ash.
Llego a casa y no veo a nadie, qué raro.
-Sarah.- oigo la seca voz de mi padre.
-¿Qué?- me giro hacia él.
-Hemos quedado para cenar.- dice poniéndose las gafas.
-Pues qué bien, ¿con quién?
-Con los padres de Mario.- dice con una sonrisa, esa asquerosa sonrisa.
-¿¡Para qué vamos a cenar con ellos!? - me sobresalto.
-Queremos conocerlos cariño, no nos cuentas nada de ellos.
-Mario no va a ir, ¿verdad?- digo preocupada.
-Por favor Sarah, claro que irá- suelta una carcajada.
No sé por qué, pero esa cena me da mal presentimiento.
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Peligrosa Elección
RomanceSarah y Ashley tienen la vida del perro, beben alcohol, tienen resacas hasta en sueños, no estudian, se mantienen en el suficiente, pero a sus vidas llegarán personas que harán que éstas den un giro de 360°.