*****Narra Ashley*****
Dentro de la caja de pizza hay dos entradas para ir a ver a Avicii. No puede ser.
-¡Blas! ¡Blas!- grito.
Aparece corriendo en el salón y se agacha a mi lado.
-¡¿Qué?!- pregunta alarmado.
Me levanto de la silla en la que estaba sentada, con las entradas en la mano.
-¿Y esto?- pregunto sonriendo.
-Son dos entradas para un concierto...- dice sonriéndome.- ...que para nada he comprado yo.
-Eres el mejor.- dejo las entradas en la mesa, me coge de la cintura y me levanta para subirme encima suya y fundirnos en un largo beso.
Nos terminamos las dos pizzas a las seis de la tarde y no paramos de fantasear sobre como será ese maravilloso concierto.
-¿Te imaginas que le conocemos? Oh... Sería fascinante...
Él guarda silencio, y empieza a sonreírme.
-No... ¿Vamos a conocerle?
-Sí, mi reina, vamos a estar con el mismísimo Avicii durante media hora.
Me siento encima suya y empiezo a besarle. Este chaval es más que perfecto y no tengo palabras para agradecerle todo esto que ha hecho por y para mí.
Nos dormimos durante hora y media hasta que recuerdo al director en una pesadilla que hace que me revuelva muchísimo. En ella, Sarah está siendo violada por él y yo estoy enjaulada, sin poder protegerla, viéndolo todo.
Blas me despierta, asustado, y le cuento mi sueño.
-Tenemos que ir a denunciarle. Ni Sarah ni tú podéis vivir así.
*****Narra Sarah*****
Pasan unos minutos hasta que Ash asiente con la cabeza, mierda, en fin, ya lo suponía.
-Álvaro, vámonos.- me levanto.
-¿Qué te pasa?- me dice Blas.
-Nada.- digo irónica.
Vuelvo a mi antiguo hogar, pero Álvaro no viene conmigo, ha debido volver a su casa.
-Hola...- oigo una voz familiar.
-¿Qué haces aquí? Te dije que no quería verte.- cierro la puerta y entro.
-Tenía que hablar contigo...- dice levantándose del sofá.
-¿Otra vez? Has hablado conmigo mil veces y no has solucionado nada.
-Lo siento Sarah, no debí haberme puesto así, estaba cabreado, pero contigo no, sino conmigo.
-¿Ahora te has aprendido el sermón? Mira Carlos, paso de tus juegos y de ti, asique te puedes ir.
-Sarah, yo...- le corto.
-¡¿Puedes dejar de decir mi nombre y largarte de una vez?!-le grité.
-Claro...-dice triste y dolido mientras sale por la puerta.
¿Cómo puede ser así de gilipollas? Me pide perdón ahora, después de ponerme los cuernos, bien, Carlos, bien. Y encima se deja la puerta abierta.
Me dirijo a cerrarla cuando Álvaro aparece por sorpresa, asustándome.
-¿Ha pasado algo?- dice riendo y entrando con unas bolsas en la mano.
-No, nada.- le sonrío.
-Acabo de ver a Carlos y no iba muy bien, la verdad.
-Da igual, cosa del pasado. ¿Qué has traído?- abro las bolsas.
-Hamburguesas, para compensar mis tortitas quemadas.- ríe.
-Genial.
-Por cierto, he visto al director.
-¿Dónde?-digo preocupada.
-Iba en un coche de policía, alguien ha debido denunciar. Sarah, ¿has sido tú?
-No, yo no he sido.
-Pues alguien ha denunciado por ti.
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Peligrosa Elección
RomanceSarah y Ashley tienen la vida del perro, beben alcohol, tienen resacas hasta en sueños, no estudian, se mantienen en el suficiente, pero a sus vidas llegarán personas que harán que éstas den un giro de 360°.