parte - i

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Minho mira incrédulo aquella escena por demás surrealista. Ella, Haneul —su Haneul—, iba de la mano de ese idiota.

La sangre hervía por sus venas, y los pensamientos más locos empezaban a rondar su mente, presiona el puño sobre su rodilla y se muerde el labio inferior sin poder desviar la mirada de esa ridícula vista.

Y cuando ve al chiquillo —estúpido ese que no sabía de su destino—, besando a Haneul termina por apretar con todas sus fuerzas el vaso de café cappuccino que compró minutos antes, cuyo contenido terminó esparcido por todo su rostro su ropa, y lo peor, la de su amigo.

—¿¡Estás loco!? ¡Por la mierda!

Minho se pone de pie rápidamente para evitar que el contenido quemase su piel, esperando que Kibum no terminara peor que él. El hijo de puta le arrancaría los ojos si arruinó su jersey blanco.

Y sabe que recibirá una patada en las bolas cuando levanta la vista y Kibum tiene el jersey completamente salpicado de café.

—¡Entiendes lo que significa ¿no?!

—Mierda.

Al menos no se había quemado.

O eso esperaba, hasta que vio que él levantó la prenda y vio la piel de su abdomen enrojecida. Al menos sólo le cobraría el jersey.

La mierda esa seguro costaba un par de meses de salario mínimo.

Desvía la mirada y ve que el imbécil ese que vestía un bonito jersey amarillo abría la puerta del McLaren 720S rojo último modelo 2018, dejándola entrar. Todo un caballero el niñito rico.

Ya encontraría la manera... lo haría.

—Vamos a casa, te pondré ungüento para quemaduras.

Comenta obligándole a cubrir su abdomen, sujetándole del brazo y casi arrastrándole para ir al viejo Opel Calibra de los '90 que era la herencia que le dejó su padre.

—¡Que tu mamá lo haga! ¡Tú me harás salir ampollas con sólo mirar!

Se quejaba Kibum completamente molesto. Sabía que no debía decirle a Minho que fueran a ver que la ex novia de Minho con su —confirmado—, nuevo novio. Minho continuaba estúpido por ella, seguía creyendo que era una santa; la muy perra.

—Lo siento —Minho arranca el viejo coche y conduce por las calles céntricas de la ciudad, descompaginando con el paisaje moderno y lujoso que ésta tenía—. Yo, de verdad, sentí que la sangre hervía y quise salir a destrozarle la cara al imbécil.

Kibum frunce el ceño mirándole desde el asiento del copiloto. ¿Qué carajos estaba diciendo el muy cerebro de chorlito?

—¿Estás imbécil? —inquiere temiéndose lo peor.

—Él es el imbécil por meterse con mi chica.

El cerebro de Kibum no logra comprender qué mierda tenía Minho, su mejor amigo, en ese cráneo tan pequeño. ¿Realmente estaba vacío o sólo había gas metano?

—La idea era que veas que ella no es... —suspira frustrado, apretando el puente de su nariz, seguro de que pronto tendría dolor de cabeza, o peor migrañas que le durarían dias—, él no es el maldito problema, ¡Choi!

—Para mí lo es.

Kibum le clava la mirada, esperando que se desangrara imaginariamente y reaccionara, pero no sucede nada. Minho evita mirarle, como cada que Kibum intentaba que él cayera en cuenta de la verdadera chica que era Haneul.

Minho ve que Kibum se cruza de brazos y se acomoda para mirar por la ventana, para ignorarle obviamente.

—¿La piel te arde aún?

Kibum pone los ojos en blanco y suspira cansado. Llevaba como más de tres años intentando convencer a Choi de que la hija de puta era eso, una hija de puta interesada sólo por el dinero que, el idiota jirafa de su amigo, derrochaba cuando ella tenía algún gusto o antojo; como un bolso de Gucci que costaba la mierda.

Minho solía trabajar el doble, haciendo turnos y hasta faltando a clases sólo para complacer a la muy zorra. Y ella iba, con dichas prendas, a las fiestas de los riquillos de la universidad, como toda una caza fortunas.

Pero claro, Minho nunca le creería que incluso la vio poner somníferos en la bebida del muy idiota, para luego aprovechar e ir a cazar a algún idiota etílico.

—Me arde, pero del enojo, por tener un amigo sin cerebro.

Es el turno de Minho para rodar los ojos. Kibum siempre andaba diciéndole eso, como si él no supiera que Haneul gustaba de cosas extravagantes. Al igual que Kibum, por eso se odiaban. O eso creía.

El centro de la ciudad termina y entran a los barrios de la clase media, donde ellos vivían. ¿Y cómo Kibum tenía ropa tan carísima? Por sus malditos gustos extravagantes y ese narcicismo irremediable con el que había nacido. Además, decía, que vestirse así —como un niño pijo, de esos riquillos estúpidos que tanto odiaba—, le había abierto muchas puertas, como esa en la que solía irse a meter en cada fiesta, para coger con el agraciado y adinerado, más cabrón, de la universidad.

Resulta que nadie sabía de los gustos algo extravagantes del riquillo aquél, y Kibum era el único que sabía de aquello. Se aprovechaba el muy hijo de puta. Sí, todos lo eran, en cierta medida.

—Nunca te quejas de que arde tanto cuando vas a coger con el riquillo ese —le mira y Kibum se muerde los labios del coraje.

Todo cabreado termina propinándole una patada en la espinilla, obligándole a perder el control del automóvil, y casi ser parte de una colisión contra un tráiler de esos que llevaban contenedores. Y con un choque así quedarían hechos polvo.

Ambos se miran entre enojados y asustados.

—¡No vuelvas a hacer eso! —chilla Minho simulando que le daría un golpe con el puño cerrado.

—¡Y tú no vuelvas a hablar de eso!

Minho ríe con descreimiento total. Es que Kibum por todos los cielos, se comportaba como una virgen quinceañera.

—¿Eso? —cuestiona sonriendo de costado, listo para fastidiarle—. Eso se llama sexo anal, por si no sabes a lo que te dedicas.

Y Kibum no soporta más el entrometimiento de Minho y termina aventándose sobre él para tirarle de los cabellos, mientras Minho le hacía cosquillas, no porque no quisiera hacerle daño, era porque era la debilidad del pelirosado.

Sí, tenía el pelo rosado.

—¡No volveré a intentar ayudarte! ¡Eres la mierda Minho!

Minho ríe al verlo llorar, reír y sufrir mientras le amenazaba. Cuántas veces no había escuchado esa amenaza.

—Me ayudarás —le guiña mientras enciende el viejo Opel—, me ayudarás a vengarme de ese marica.

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Espero les guste bellezas <3

Nos estaremos leyendo pronto, y decirles que espero su paciencia, ya que es el primer fanfic que publico sin terminarlo de escribir primero (podría ser desastroso :'v no me odien, por favor.)

Aprovechando este primer capítulo ¡Les deseo todo lo mejor para este 2019, éxitos, amor y salud para cada una y uno de ustedes! <3 <3 <3

¡Besitos! <3

Polvo Pica PicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora