parte -viii-

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Ultima publicación de Lee Taemin: "Listo para la fiesta :3 ¿y tú? ;) "


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Era extraño, sí, pero tenerle en tanta tensión era increíblemente excitante.

¿Cómo había terminado con el conejito entre sus brazos y con su semierección aplastándose contra esos pequeños glúteos?

Recapitulemos.

Estaba realmente fastidiado, cabreado y realmente emputecido, porque ahora era más que público que ya no estaba con Haneul —Taemin se había encargado de ello, además de ridiculizarlo—.

—Seamos honestos, Taemin supo devolverte el golpe —decía un Changmin que estaba arreglando un poco más su cabello para su fiesta de cumpleaños.

Minho rueda los ojos tirándose sobre la cama de su amigo, mirando con fastidio la foto de su portada en aquel comentario y que además hubo recibido muchos me divierte que, aunque no sea gente conocida, le hicieron emputecer más de lo que estaba dispuesto a soportar.

—No puedo creer que tenga de portada la foto de mis caderas —dice bufando en lo que se perdía mirando y revisando por milésima vez el perfil del conejito.

—Creo que las redes sociales son su fuerte, mientras tú eres un salvaje —ve la sonrisa inocentona de su amigo en el espejo enrome que tenía ahí pegado a su pared.

—Si lo pones así.

La sonrisa que se forma en sus labios, hace que Changmin niegue esperando lo peor, porque el tipo no sabía rendirse, era un necio y obviamente llevaría aquello a otro nivel, de eso podría dar fe.

—Sólo no arruines mi fiesta —pide refiriéndose a alguna pelea en la que pudiera enredarse, como esa que le contaron en la casa de Siwon.

—No pelearé, lo juro.

La inocencia en la cara de Minho es imposible de creer para Changmin, por lo que suspira esperando lo mejor de la noche. Después de todo, Jinki también llegaría y los tres harían de las suyas como cada año. (Además no dejaría de vigilarle en ningún momento.)

—Jinki llegará y arruinaremos tu casa.

Bueno, mientras él también se divirtiera. Se encoge de hombros mentalmente en lo que se voltea y le dice que es hora de recibir a la gente, serían los anfitriones, y faltaba que Kibum llegase para organizar lo de las bebidas, pero si llegaba con su amigo con derechos, tampoco haría nada más que querer follar con él. Que fuera como tuviera que ser, ya daba igual, si el resultado era todos ebrios, con quién sabe qué cosas en su sangre, o lo que fuera, pero felices.

—Ayer Kibum se arruinó los dedos por querer adelantarse —reía al recordar la noche pasada en la que fueron a jugar bolos y terminó aplastando sus dedos con uno de esos bolos que volvían a acomodarse en la fila.

Polvo Pica PicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora