Polvo Pica Pica

parte -xvi-

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—¿Jinki hyung? —Minho se acerca a ellos, porque no entiende qué mierda estaba pasando.

¿Jinki abrazando a Taemin?

¡¿Siquiera se conocían?!

—¿Qué haces aquí?

Jinki le mira preocupado, tenía demasiado que contarle, pero no era el momento ni el maldito lugar. No ahí y con su pequeño hermano que apenas quería contarle lo que estaba pasándole.

—Minho.

—¡Sólo yo puedo decirle hyung! —se queja Taemin separando el abrazo, mirando con rabia a Minho—, ¡tú no eres nadie para decirle hyung!

—¿Se conocen? —pregunta Jinki viendo que Taemin se alejaba y era para empujar a Minho—. ¡Ey, tranquilo!

Taemin se detiene porque sí, porque es su medio hermano y porque no quiere hacer más líos que pudieran descubrir su secreto.

—¡Hermano, él es el hijo de puta que me quemó mi Jersey! —quiso decirle que era él quien le subió al cielo y le hizo probar un bocado dulce de un posible amor, pero que terminó siendo su perdición; pero no pudo.

Jinki apenas encuentra algo de calma en ese momento, porque sabe que Taemin está pasado de tragos, y Minho le miraba como si su alma hubiera abandonado su cuerpo; estaba pálido y asustado. Él recuerda perfectamente cuando fue a la universidad a ayudar a Taemin y se lo encontró mal porque un chico bullying le quemó el jersey.

—Hablaremos luego.

Un granizo de preguntas sume y maltrata su mente cuando ve a Jinki llevándose a Taemin, al recordar que le dijo hermano, que Taemin se quejó a él como si fuera un niño pequeño llorando y lamentándose.

Porque sí, no puede negar que vio esas lágrimas caer rabiosas por sus mejillas.

¿Qué mierda estaba pasando?

Saliendo de su estupor busca a Kibum y Changmin, intentando no pensar en lo que vio, en que Taemin y Jinki eran hermanos, en que todo en su interior estaba desordenado, que las ideas se mezclaban unas con otras y él no tenía la menor idea de lo que sentir.

Era un amasijo de emociones y miedo.

Al no verlos por la sala y el patio, su última opción es buscarlos en las habitaciones de esa enorme casa. Y se encuentra Yunho sentado en el inicio de las gradas hacia el piso de arriba.

—Fue a ver si Kibum podría dormir.

—Lo llevaré a casa, gracias —le sonríe con pena, porque siempre interrumpía el buen momento que los amigos pasaban juntos—, lamento interrumpir siempre.

Yunho le mira sorprendido, y Minho sube gradas arriba esperando no haber sido demasiado entrometido en eso que todos sabían, pero de lo que ninguno hablaba.

Cuando avanza un poco entre las parejas que esperan por un turno para entrar a alguna habitación (como si fuera un burdel), llega al primer piso, y cuando avanza un par de pasos reconoce esa risa que resquebraja algo en su interior.

Sin poder creerlo avanza un par de pasos y la ve ahí, con una de las manos de Junho bajo su falda y entre sus piernas, y la otra manoseando los senos de Haneul.

Y en ese momento no está Kibum, Changmin, Jinki o Taemin para decirle que así era Haneul, que intentara creer el tipo de chica que ella realmente era.