Polvo Pica Pica

parte -xv-

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Kibum sujeta la mano de Minho y hace que retroceda, esperando estar a tiempo de que el muy idiota no arruinara todo.

—Es la primera vez que ella te busca— susurrando continúa—, al menos hazte al difícil —bufa molesto.

Minho frunce el ceño.

En realidad, acaba de pensar en ello, ni siquiera había pensado en lo que aquello podría significar, qué tal ella ya sabía que Taemin la engañaba y con él.

—Pero no lo soy —dijo sintiéndose idiota al darse cuenta (una vez más) de que estuvo pensando más en el conejito que en Haneul—, no con ella —y sintió cómo todo se complicaba demasiado en su mente que apenas quiere pensar en lo que tenía con Taemin.

Kibum rueda los ojos y apretando los puños de la rabia que esa chica le provocaba; tan descarada incluso se atrevía a mirarle feo.

—Y tal vez te dejó por eso.

Espera que Minho caiga, que por favor lo haga. Él sabe que Minho hablaría con Taemin, él sabe mejor que Minho mismo que está en el camino correcto a enamorarse de él, si es que no lo estaba ya.

Y no era conveniente que la arpía esa estuviera metiéndole ideas en la cabeza, con lo manipuladora que era.

—¿Y si tu plan no funciona? —pregunta intentando ignorar esa idea en su mente que le dice que era mejor escucharle porque además podría hablar con Taemin, se lo había prometido.

—Es mejor que me vaya, amo... Min —interrumpe ella mirando triste a su ex novio.

Ambos amigos la ven marcharse gradas abajo, uno pensando en que ella era demasiado astuta como para que ese amor fuera una equivocación, y el otro pensando que tenía la mente hecha un revoltijo de ideas de mierda que apenas es capaz de entender bien, porque ya no era una ecuación sencilla de él y ella; ahora Lee Taemin estaba complicándolo todo.

—Te buscará, lo prometo.

Kibum salta en su interior, festeja saber que no fue sólo lo que dijo, sino que Minho tenía la mirada clavada en el campo de futbol, concentrado en lo que el delgado muchacho hacía.

—¿Él se lo tomará mal cuando lo deje y al fin pueda regresar con Haneul?

M.I.E.R.D.A.

—Eres un imbécil. No sé ni para qué me molesto.

Kibum se va todo ofendido y Minho se queda mirando el partido que iba inclinando a favor del equipo de su universidad.

Taemin suspira con pena al ver que en la tribuna no estaba su mejor amiga, obviamente, todavía estaba resentida, y más si él ni siquiera tenía idea de cómo ir a contarle todo sin que pareciera una treta más.

Termina de darse una ducha y siente como que el agua no hizo nada por él, estaba con los nervios de punta por lo que sucedería en su encuentro con Minho. La ansiedad estaba carcomiéndoselo, porque sabe que él sí estará ahí en el estacionamiento esperándole, porque lo vio en la tribuna apoyando al equipo de futbol.

Y si le decía que cada partido siempre le buscaba con la mirada, porque de verdad le importaba que él estuviera ahí; justo como hizo hoy.

Sacude la cabeza y respira profundo antes de salir de los camerinos, sabiendo que todo podría irse a la mismísima mierda en unos cuantos minutos.

Ve a su alrededor y nota que es el último en salir, que estuvo retrasándose todo lo posible para no tener que ver cómo eso —lo que sea que tuviera con Minho— no se fuera al caño.