PEQUEÑO SUICIDA [En Edición]

¿Te gusta el? cap.10

-Ahorita regreso... no tardó- susurré lo más bajo que podía, ya eran las 12:00pm y había sido cachado en mi fallida salida.

-Dime a donde irás ¿Vas a ir a ver a tu papá?- habló yoongi con suma preocupación, era obvio, él sabía toda mi vida a la perfección.

-Sabes que no puedo dejar a mi padre así...-suspire, separe mi mano de aquella puerta para acomodarme y poder dar esa tranquilidad que le tenía que ceder a mi amigo- Es mi padre y tengo que saber que en verdad está bien y que si está en casa...-

-Te acompañare-

-No es necesario-

-No pregunté que es necesario, te dije que te voy a compañar- me quito de la puerta para salir él primero- Bueno ¿te quedarás parado ahí o me vas a compañar? -tan sólo mire al techo para regresar a él, camine solo un poco para salir de ahí.

El trayecto de la casa de jungkook a la mía fue... ¿Como decirlo? ¿Rara? Íbamos tan serios en un momento y en otro éramos un par de payasos como lo éramos antes, extrañaba tanto a mi mejor amigo que no pude sentirme mal al estar así con él. Después de aquella caminata encontramos mi casa... me acerqué lo más lento que pude, no quería molestar a mi padre, para mi alivio él estaba ahí, en la sala durmiendo y solo así, por fin pudo descansar mi pecho, aún que sea esa noche, estaba seguro que él estaría bien. salí y pude ver a yoongi un poco más blanco, se estaba congelando afuera.

-¿Cómo esta?- me sentía feliz de que estuviera conmigo, así que sólo lo tomé del brazo para dictar que caminaramos de regreso.

-Bien- apenas pude decir, sólo quería olvidar aquel tema y él lo entendió, así que tan solo movió su cabeza de arriba  abajo y lo mire de nuevo- ¿De qué hablaban tú y jungkook?- se paró en seco al escuchar mi pregunta, por lo que sólo aumentó más mis ganas de saber.

-...Jimin... ¿Te gusta jungkook? - mis ojos se abrieron como nunca y mi pecho se iban a salir, ¿Quién contesta una pregunta con otra pregunta? Y semejante pregunta que hizo, ¿a qué venía eso?

-¡No!-mi rostro ardía y él sólo sonrió aliviado y siguió caminando.

-Me alegra... está enamorado de otra persona, por eso si te llegara a gustar, creo que saldrías muy lastimado, él realmente está muy enamorado- ¿Dolio? No lo sé, pero si sabía que mi corazón se sintió raro ¡Muy! Raro. Tan solo camine con él y mire los árboles, como sus hojas se desprendían de ellos, como si cayeran al ritmo de una relajante canción-Oye... ¿Porque irás a la fiesta?- no sé cuanto tiempo me perdí viendo aquellos árboles, supongo que mucho por lo que cambió el tema.

-Tengo que saber más de Jackson... no sé sí aún tengo que cuidarme de él o simplemente dejarlo así...- solté un suspiro por sólo pensar que iba a suceder el día de mañana, mi amigo sólo asintió y abrimos la puerta que estaba enfrente de nosotros.

- Ve a dormir, ya es muy tarde-

-Igual tú, descansa- fue lo único que dije para subir las escaleras.

Estaba muy cansado, había sido un día muy largo para mí, por lo que lo único que quería hacer era dormir ¡dormir! Y ¡DORMIR!, pero no iba a ser posible, pues había un cuerpo en mi cama durmiendo. Me acerqué a él y me recargue en mis tobillos para ver su cara adormilada con pequeños destellos de luz de la luna que se asomaba de la ventana. Ojos muy relajados, su boca semi abierta y cabello un tanto despeinado. Lo más bello que pudieras presenciar, por lo que sin darme cuenta, pasé mi mano por su rostro, acariciado cada parte que quisiera hasta lleguar a sus labios, no podía dejar de verlos, eran tan rosados que parecía que te hacía una invitación a probarlos, morderlos y saborearlos. Bueno, estaba dormido, tantas caricias que le hice y no despertó, se notaba que era de sueño pesado, por lo que me arriesgue y me deje probar aquellos labios suaves. Tan solo un pequeño roce entre ellos, pero no tan diminuto como para poder saborear lo que era su ser. Cerré mis ojos y me deje disfrutar aquel beso donde sólo yo era consiente, y como lo imaginé, ni siquiera se movió.

( "esta enamorado de otra persona" )

Como bandeja de agua fría me cayó en mi ser aquellas palabras de mi amigo:

("¿Te gusta?")

¡Mierda! ¡No!... pero si no es así ¿porqué lo bese? Tal vez era por lo ahogado que estaba por el día, así que ignore todo lo pasado, me levanté y fui por una frazada para taparlo e irme.

Llegue a su cuarto. Tanto de él, trofeos de TKD, recuerdos de su niñez y juventud, un ordenador, y su grandísima cama. Me quite aquellos pantalones grandes que tenía puestos y me acosté en su cama, donde su olor se impregnaba en mí, como si aquellas cobijas fueran él, el que me estaba abrazando, ridículamente dormí con aquel pensamiento y creyendo que el día siguiente se me pasaría todo aquel sentimiento tonto que tenía en mi pecho.