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FINAL

Los constantes cambios en el reino habían cesado un poco, los estatutos y reglamentos fueron completamente aprobados, ambos reyes siempre estuvieron presentes dando fe de ello de forma absoluta al cumplimiento de lo establecido.

Otabek Altín de encargaba de mantener los negocios a flote, y Christophe Giacometti de preservar el buen funcionamientos de los ministerios y las bases militares. Jiuk Katsuki se mantenía en su posición, la terquedad es de familia, así que hacer la gestión patrimonial era su fuerte.

Los intercambios comerciales, materiales y tratados junto a convenios de paz eran llevados sin inconvenientes, generaban mucho trabajo, pero grandes beneficios.

Los meses se fueron como agua entre las manos, y los dolores d parto del Omega llevaron a los nervios al platinado.

Pues este se encontraba en una de las provincias cercanas cerrando un contrato para la exportación de oro por vía marítima. El kazajo que se encontraba junto a él, se quedó terminando de dar acuerdo a las clausulas para cerrar el trato.

El Alpha salió de forma inmediata del lugar, estar junto a su esposo era su primordial deseo. Por su parte, Yuuri, estaba molesto, la razón era simple, las contracciones eran fuertes y la sensación de partirse no era para nada agradable.

-¡Maldito Viktor! –mascullaba y maldecía incontables veces mientras era atendido por los servidores; los médicos estaban en camino y su esposo, bueno, desconocía si ya se había enterado de lo sucedido.

La tarde estaba en su punto medio, los medico atendieron con éxito el alumbramiento, los gritos habían cesado y el llanto del nuevo miembro de la familia ahora hacía eco en el lugar.

Viktor, llegaba ante ellos agitado, y una vez entró a la habitación, la hermosa imagen de su esposo junto a su pequeño le hicieron llorar; sus piernas temblaban, sus labios no profería palabra a pesar de hacer muecas que intentaran demostrarlo.

Yuuri, se encontraba calmado y cansado, todo la labor de parto le dejaron extendido en su cama, disfrutando de los hermosos esmeraldas de su bebé. 

La emotividad y magia del momento se alargó hasta que ambos se quedaron dormidos, el arduo trabajo les dejo agotados, y ahora que son padres primerizos, les tocará aprender a como disfrutar en familia, una más extensa y llena de nuevas aventuras.

***

El Alpha admiraba el bello rostro de su esposo bañado por los rayos del sol, las finas facciones de su amado no dejaban de enamorarlo día con día, a pesar de que en algunas ocasiones arrugara su rostro para reclamarle con molestia.

Sus ojos vino se abrían para mirarle con la misma devoción, adoraba con todo su ser los gestos amorosos que su esposo le regalaba.

La pareja se separaba con pesar, algunas actividades pendientes quedaban por hacer, y la visita del Omega Nikiforov y el Alpha Katsuki no dejaban que permanecieran juntos por más tiempo.

En esos momentos maldecían al deber, y reprimían con todas sus fuerzas el deseo de rebeldía. Querían asesinar a todos quienes molestaran sus momentos de paz, pero no se podía, quedarían sin familia y sin reino. Así que desatarlo no era un total no.

Las buenas nuevas eran la comidilla de todos, los regalos llegaban sin parar, Aldair Nikiforov, era el consentido de la nación, y un malcriado por los tíos naturales y putativos del pequeño. El más suelto de todos y quien dio el nombre a desconocimiento del platinado fue el tío Pichit, que aun daba motivos al Alpha para que actuara celoso con su esposo.

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