Conectados

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Leo termina su trabajo mucho antes que Amir, no me sorprende después de todo el morocho es más perfeccionista de lo que parece al momento de dibujar, lo he visto borrar y fruncir el ceño al menos una docena de veces en el último minuto.

Camino detrás del rubio, alejándome de Amir quien no parece darle importancia a mi falta de interés en él.

ꟷ¿Y a dónde irás ahora?

ꟷProbablemente a comer algo al departamento y luego a la Plaza Navona.

ꟷ¿Puedo preguntarte algo sobre Amir?

Una leve sonrisa se extiende en el rostro del rubio y luego asiente.

ꟷ¿Siempre es tan... molesto?

La carcajada de Leo llama mucho la atención de los turistas y no puedo evitar pensar que el chico es más agradable que el noventa por ciento de la población del mundo.

ꟷ¿Dije algo gracioso?

Arqueo una ceja, intentando lucir seria aunque la sonrisa en mis labios me da un aspecto contrario.

ꟷAmir no es molesto, suele ser bastante callado –muerde una uña de su dedo y mira a su amigo quien se encuentra vendiendo un dibujo a una pareja de ancianos-. Excepto cuando está ebrio.

Miro a Leo una vez más y luego dirijo mi mirada a Amir. Repito la acción una docena de veces hasta entender lo que sucede.

ꟷEspera... ¿te gusta?

Sus ojos se abren ampliamente ante mis palabras y un color carmesí se apodera de su cuerpo. Realmente, se sonroja por completo.

Quizás debería haber sido más discreta.

ꟷNo... -murmura-, me parece apuesto pero no es mi tipo.

ꟷ¿Y quién lo es?

Ya párale, Victoria.

ꟷBernie.

Sonríe en tanto emite el nombre del gran pelirrojo con acento escoses y me permito tener un poco de envidia por la felicidad que se apodera de su rostro.