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ꟷBien, suéltalo.

Amir me mira confundido y con demasiada lentitud baja el trozo de pan que se estaba llevando a la boca antes de mi interrupción. Suelto una carcajada por su expresión que rápidamente termina al sentir un leve dolor en mi espinilla.

ꟷ¿Me has pateado?

ꟷPor supuesto que no.

Mi ceño se frunce en respuesta y otra patada es depositada en mi pierna, pero mucho más ligera que la anterior.

Imito el gesto pero sin delicadeza alguna, provocando una mueca de dolor en su rostro.

Sonrío.

ꟷ¿Qué querías saber?

Tomo el pan de sus manos antes de que vuelva a llevárselo a la boca y me ignore, lo ha hecho desde el momento en que nos sentamos a la mesa.

ꟷ¿Por qué viajas por Europa?

ꟷNo es algo que le confíe a alguien a quien conozco hace poco.

ꟷOh, pero si te metes en la cama de personas que recién conoces.

Una sonrisa lobuna se extiende por sus labios y me maldigo mentalmente por decir esas palabras.

Es totalmente mi culpa.

ꟷNo sólo me meto en sus camas.

ꟷ¡Eres desagradable!

Escucho ofuscada como una carcajada escapa de sus atractivos labios y no puedo evitar rodar los ojos. ¡Maldición, Valentina!

ꟷNo es mi culpa que me brindes el doble sentido.

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