—¡Gabe y yo, novios! —comencé a reír a carcajadas.
—Sí. Desde que te volví a encontrar los he visto muy amorosos.
—Gabe es guapo; lo acepto. Pero amenos que yo sea un chico, él se fijaría en mí.
—Quieres decir que…
—Qué es más probable que le gustes tú —lo miré y sonreí—. Gabe es gay.
—Oh… —dejo la taza en la mesa de la cafetería.
—Es lo mismo que dije cuando me lo dijo —di un pequeño sorbo a mi café y seguí hablando—. Cuando llegué a Manhattan, él fue el primero que me ofreció su amistad. Por suerte quedamos en la misma universidad. Y sé que a simple vista Gabe y yo parecemos novios; por como nos tratamos o por como actuamos cuando estamos juntos, pero en realidad nos queremos como hermanos.
—Juro que pensé que era tu novio.
—Y juro que me ponía “feliz” que pensaras eso.
—¿Por qué? —preguntó serio.
—Porque no quiero volver a lastimarte.
—Nunca me lastimaste —acercó mi mano a la suya y comenzó a acariciarla.
—Sí lo hice —susurré—. Me fui sin despedirme, sin darte una explicación.
—Tranquila —su voz era dulce, tranquila—. Pero me gustaría que me contestaras algo —asentí—. ¿Por qué de un día a otro te fuiste?
—Fue por… —dudaba en contestar su pregunta. Pero estábamos juntos ya y todo estaba bien—. Fue por Edward.
—¿Edward? —preguntó, su voz dulce había cambiado a fría. Llena de enojo.
—Edward envió un mensaje de texto a mi celular, pero quien lo leyó fue mamá. Ella se asustó al saber que él se acercaría a mí —miré a Josh. Sus ojos no trasmitían nada—. Ese día envió otro mensaje y decía que si no me alejaba de ti, los dos pagaríamos las consecuencias.
—Ese hijo de… —no dejé que terminara de hablar.
—Mamá me habló de eso hasta que ya tenía los boletos de avión y aunque tuve que haber pensado en mi bien, no lo hice. En todo momento pensé en ti, en que Edward no se acercara a ti y te lastimara.
—Pudiste habérmelo dicho —su voz tranquila—. Entre los dos lo hubiéramos solucionado.
—No podríamos haber solucionado nada. Conozco a Edward y sé que cumple lo que dice —lo miré a los ojos y acuné su mejilla en mi mano—. Pero ya nada de eso importa. Ahora estamos juntos y eso me hace ser inmensamente feliz.
—Jane...
—No digas nada. Sólo di que me amas.
—Te amo. Siempre lo haré —se inclinó hacia mí y me besó.
* * *
—No puedo creer que estés aquí, Josh —dijo mamá, dándole un gran abrazo.
—Y yo no creo que ustedes estén aquí.
—El mundo es redondo —dije y sonreí.
—Me alegra que el mundo sea redondo y nos uniera de nuevo —sonrió y besó mi mejilla.
—Te tengo una sorpresa.
—¿Una sorpresa? —asentí—. Creía que no te gustaban las sorpresas.
—No me gusta que las sorpresas sean para mí. Me gusta hacer las sorpresas para los demás —sonreí.
—¿Cuál es la sorpresa?
—Ven —tome su mano—. Mamá, ahora bajamos.
Mi madre asintió y guié a Josh por las escaleras hasta mi habitación. Al estar frente a la puerta me giré hacia él y sonreí.
—¿Listo para la sorpresa?
—Creo que sí.
—Adelante —di unos pasos hacia atrás, lejos de la puerta para que él pudiera entrar primero.
—Espero no sea nada malo —sonrió mientras sujetaba el pomo y abría lentamente la puerta. En el momento que abrió toda la puerta se escucharon pequeñas pisadas que corrían. De la nada alguien se aventaron sobre él, lo cual hizo que cayera—. Tranquilo… ¿Lucky?
—Tu pequeño hijo —dije sonriendo.
—¿De verdad es Lucky? —asentí—. Recuerdo que la última vez que lo miré era un cachorrito y ahora es un gigante.
—No toda la vida iba a ser un cachorro.
—Te extrañe tanto, pequeño Lucky —habló mientras lo acariciaba.
—Y él te extraño a ti —sonreí y le tendí mi mano—. Ven, ponte de pie.
—Podría estar aquí en el suelo con Lucky sobre mí por más tiempo.
—Eso podrá ser después —sonreí y él sujetó mi mano.
***
Los días transcurrieron y que más podría decir; estos días han sido espectaculares. Josh era la pieza que faltaba para que mi vida fuese perfecta. Estar junto a él, tanto fuera como por dentro de la escuela era lo mejor.
Gabe en un principio se puso celoso ya que decía que no estaría junto a él como antes; pero bueno, soy una chica que sabe como administrar su tiempo. Así que todos los días lo comparto con el amor de mi vida que es Josh y con mi mejor amigo que es Gabe.
—¿Hoy si me dirás el por qué tu firma es you are?
—A mí nunca me ha querido decir el por qué —habló Gabe—, tendrás suerte si te dice.
—El café está muy delicioso, ¿no lo creen? —hablé, fingiendo no escuchar.
—Habla o Gabe y yo nos iremos, y tú tendrás que pagar.
—Tu chico sí es rudo, pero estoy de acuerdo con él.
—El significado de mi firma es un secreto —sonreí.
—No le diremos a nadie.
—Mmm… —miré de uno a otro y luego sonreí—. Está bien. Mi firma es you are porque… no, mejor no les diré.
—¡Por favor, dinos! —suplicaron los dos.
—Ok. You are significa tú eres y había una persona que me inspiraba a dibujar o pintar. Cada pintura la hacía pensando en esa persona —miré a Josh y sujeté su mano—. Tú eres esa persona. Mi inspiración eras tú y entre más pensaba en ti, mucho más perfectos eran los resultados.
—¿Entonces yo soy el motivo de tu firma?
—Sí. Tú eres el culpable por el cual cambié mi firma pequeña Johnson por you are.
—Te amo—se inclinó hacia mí y me besó.
—Te amo.
—Sigo aquí —dijo Gabe, lo que hizo que nos separáramos.
—Lo siento Gabe. También hay un beso para ti —sonreí y besé su mejilla.
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Hola, lectoras.
Sé que este capítulo no fue tan bueno como los anteriores y además fue muy corto, pero hay una pequeña explicación… Esta historia ya va a terminar. Un capítulo más y le decimos adiós.
Juro que los compensaré con el siguiente capítulo, en verdad que les gustará.
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You Are
Teen FictionJane Johnson, es una chica muy poco social, no tiene muchos amigos. Eso le preocupa a su madre. Ya que a sus diecisiete años es para que su hija tenga muchos amigos, salga a fiestas. Jane, sólo una vez a tenido novio lo cual fue un horror... un trá...