Despertó una vez más, como ya era costumbre en aquellos largos días, con esa particular punzada penetrante en la cabeza. Aquel dolor que la aquejaba durante las noches y no la abandonaba hasta la mañana siguiente.
Su promesa, no la había roto. Había permanecido firme. Ni una sola lágrima había sido derramada, ni una fría gota de sal había calado su rostro. Ninguna. Sin embargo y a pesar de su voluntad, las noches seguían pareciéndole la peor de las torturas, la más eterna de las esperas. Simplemente insoportable. Y es que le resultaba imposible no extrañarlo, no sufrir la ausencia. Por supuesto, la ausencia en sí no era el problema. En absoluto. Sino el hecho de ser conciente que en cualquier segundo, Shikamaru podría estar muriendo. Y arrastrando con él la mismísima vida de Ino. Pero intentaba no pensar en ello, ya se le hacía bastante difícil sobrevivir cada puesta del sol para, además, tener que estar imaginando escenas en su exaltada imaginación.
Difícil, sin duda, no era la palabra adecuada para describir su situación. Al menos Ino sentía que en algún punto se quedaba corta. Demasiado. Para Ino, no era difícil permanecer en silencio en su cama vacía en la oscuridad durante horas hasta que el cansancio la vencía. No era difícil permanecer aovillada sobre un costado en aquellas sábanas aferrando su cuerpo como si en cualquier momento fuera a caerse a pedazos. Quizá no literalmente, pero estaba segura que podría hacerlo en sentido figurado. Si aquello no estaba sucediendo ya, no estaba segura.
Pero aún así, se levantaba cada mañana. Arrastrando los pies hasta el espejo donde comenzaba su siempre habitual rutina de belleza. Lo cierto era que para ella no era fácil quedarse en la retaguardia, la paciencia nunca había sido lo suyo, en absoluto. Y el no saber la estaba matando, lentamente. La consumía la ansiedad, tanto que a veces sentía que podría estallar en cualquier instante. Perder el control, sin embargo al instante lograba tranquilizarse. Además, la expectativa de recibir cartas de él la mantenían en pié.
Aunque, a una semana y media de su partida, no había llegado ni una. Sin embargo, ella estaba segura que pronto llegaría. Shikamaru lo había prometido, después de todo, y él nunca faltaba a su palabra.
-Debo ser positiva- se decía cada vez que intentaba, por primera vez, salir de la cama. Dado que lograrlo le llevaba varios intentos -Hoy llegará-
Pero su cuerpo, no se movió. No hizo ademán alguno de querer abandonar la calidez de aquel lecho. No mientras conservara el aroma a Shikamaru, aquel que cada vez se percibía menos y menos.
-Debo hacerlo- murmuró para sí, juntando valor. Sin embargo, falló irremediablemente al ver, accidentalmente, de reojo el reloj despertador junto a su cama. Aquel que hacía ya un tiempo funcionaba únicamente como reloj, dado que una falla en su funcionamiento había hecho que dejara de sonar. Algo por lo cual había estado agradecido el moreno, al no tener que despertar con aquel agudo "pi" resonando en su cabeza. Sin embargo, Ino había insistido en que lo reparara.
Sonrió, aún recordaba perfectamente aquel día.
Flashbaack
-¡Maldita cosa!- chilló la rubia estirándose en la cama, por encima del abdomen del moreno, de forma cruzada hasta alcanzar el pequeño objeto que anunciaba la hora. Shikamaru sin siquiera molestarse en moverse la contempló con las cejas arqueadas.
-¿Qué hizo el pobre objeto para recibir tus insultos, mujer problemática?- la rubia, más molesta que antes terminó de extender el brazo hasta alcanzarlo y comenzó a agitarlo violentamente delante del rostro de él.
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Hasta que la muerte...[Finalizada]
FanfictionTodos creemos que cuando encontramos la felicidad esta puede ser eterna pero aveces no lo es, un hecho inesperado puede arrabatarla de nuestras manos. Los invito a leer un emocionante Shikaino. Los personajes no me pertenecen y la historia es un rem...