XVIII: Puntito negro

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-¡Dímelo, frentona! No lo soporto más...- Sakura clavó su mirada esmeralda en ella.

-Ino, a veces unos síntomas pueden cubrir otros- explicó, el nudo en el estómago de Ino volvió a apretarse. Su boca se secó inmediatamente y las manos comenzaron a sudarle -o asemejarse y confundir al médico...-

-¡¿Qué tengo?!- Sakura negó con la cabeza, su expresión totalmente indescifrable.

-Ino, tú... estás embarazada-

El corazón de la rubia pareció detenerse por un instante para luego volver a latir con renovado ímpetu, tanto que dolía. Sin notarlo, todo su cuerpo había comenzado a temblar y sus labios se había partido ligeramente. En una clara expresión de incredulidad.

-¿Qué?-

-Si, los síntomas. Es decir, son típicos del estrés pero también lo son en el embarazo. Es probable que se hayan hecho más fuertes por la ansiedad. Es por eso que no lo consideré, tú dijiste que Shikamaru y tu... es decir, que se cuidaban- Ino asintió. Y así era, entonces ¿cómo...?

-Verás, no siempre aumenta el apetito en el embarazo, muchas veces por el embarazo disminuye. Es por eso que no podías comer prácticamente nada, y seguramente el olor de algunas comidas te provocaba náuseas- la rubia asintió lentamente, aún paralizada por la noticia.

-La leche...- respondió.

-Lo mismo sucede con los mareos, náuseas, vómitos que son síntomas tanto del estrés como del embarazo, en algunos casos puede llegarse al extremo del desmayo. Estando embarazada, me refiero. Por supuesto, la amenorrea. Tú dijiste que la última vez no habías tenido tu período y yo pensé que se trataba por la ansiedad. Eso también provoca alteración en el ciclo de una mujer, pero bueno resultó ser otra cosa. Asimismo la irritación, sensibilidad, dificultad para concentrarte y problemas de memoria. Igual con el insomnio y a la vez cansancio y sueño constante, eso se debe al aumento de hormonas en tu cuerpo. Y la temperatura, lo mismo. Es por la implantación del óvulo fecundado...-

Pero Ino no parecía oírla, estaba sentada al borde de la camilla con la mirada desconcertada y totalmente perdida, tanto que parecía ausente.

-¿Ino?- aún así la rubia no respondió, en su cabeza seguía preguntándose como había sido posible... que aquello pasara. Entonces lo recordó, aquella última noche juntos. Ambos habían estado tan sumidos en su tortuosa despedida que habían olvidado tomar las precauciones necesarias. Y calculando la fecha de su último período, estaba prácticamente segura de haber ovulado alrededor del 23 y el 25.

-Dios... mío- Sakura se acercó y pasó una mano delante del rostro de la chica intentando hacerla volver en sí.

-¡Ino!-

-¡Sakura, estoy embarazada!- aunque no sonaba feliz, así como tampoco triste y preocupada. Simplemente sorprendida.

-Lo sé ¿Qué piensas? Es decir, tú habías dicho que...- de repente los ojos de su amiga se llenaron de lágrimas. Al pensar en él, en las palabras que Chouji le había confiado. En Asuma, en su padre.

-No quiero ser como Kurenai...- sollozó, sus manos cubriendo su rostro. Sakura rápidamente se las apartó del rostro y la miró a los ojos.

-Ino, no será ese el caso. Aún no lo sabes... ¿Acaso? ¿Acaso no lo quieres?- la rubia negó con la cabeza.

-No es eso, pero no sé que pensar. No creo estar lista, menos aún sin Shika. Él lo quería tanto...- susurró -si supiera...-

Hasta que la muerte...[Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora