Aferró con todas sus fuerzas las sábanas a su cuerpo. Estaba temblando, sabía que algo en su interior se estaba quebrando. Y la culpa la consumía. Por momentos deseaba haber no oído lo que Chouji le había contado el día anterior, pero entonces se sentía egoísta y en su interior el dolor se propagaba más.
No podía creer que ya hiciera casi un mes desde que se había marchado, le había parecido eterno. Pasar días tras día, sobreviviendo uno a la vez. Había tenido una especie de redención días atrás, pero ahora todo vestigio de calma aparente había desaparecido. E Ino se encontraba una vez más al borde de un ataque de histeria, pues lo extrañaba y no había sabido de él por mucho ya. Ocho días eran demasiado en su opinión. Y no sabía cuanto más podría soportar, más aún considerando que su aniversario sería en tres días. Y tendría que pasarlo sola. ¿Qué clase de aniversario era? ¿No se suponía que celebraban estar juntos? Y si él no estaba... ¿Qué sentido tendría? En su opinión, ninguno. Tampoco importaba que fuera su cumpleaños. O que en dos días fuera el de él, de todas formas no podría felicitarlo.
-¡Estúpida misión!- gritó, sin importarte si su garganta ardía al hacerlo. Lo cierto era que, últimamente, no había mucho que le importara. Y el hecho de no haber misiones disponibles para realizar la enloquecía aún más, sólo porque no podía distraerse con nada.
Ya cansada de retorcerse en la cama y aferrarse a aquella soledad comenzaba a desesperarla por lo que apesadumbrada se incorporó y lentamente salió, arrastrando los pies por la habitación por unos instantes, sin siquiera importarle nada. Simplemente pensando, reflexionando y permitiéndose recordar algunos instantes de su vida con Shikamaru. Porque aunque no hubieran estado juntos en épocas anteriores, él siempre había estado allí, de forma imperceptible junto a ella. Hasta en la academia se sentaba a su lado. Para Ino eso tenía que significar algo.
Extendió lentamente ambas manos frente a su rostro, y contempló ambas con nostalgia. En su mano derecha se encontraba aquel anillo de oro blanco que Shikamaru le había entregado a cambio de su promesa de casarse con él, en la izquierda la alianza (también de oro blanco) con la que habían sellado el pacto que los mantendría unidos por el resto de sus vidas. Sintiendo una vez más su estómago revuelto, había vuelto a dejar de comer. Aunque por momentos le invadía la desesperada necesidad de ingerir algo, cualquier cosa. Pero su cuerpo no lo toleraría, por lo que no lo hacía.
Recordó de repente, sin saber de qué remoto lugar de su mente había surgido, un día en particular, una escena en singular. La cual había tenido lugar dos días después de la proposición de Shikamaru en casa de él.-Shika...- susurró, contemplando maravillada la sortija en su dedo anular de la mano izquierda -Es hermosa, pero debe haber sido muy costosa-
Él la miró arqueando una ceja
-¿Siempre dijiste que querías lo mejor y ahora te quejas? ¡Mira que eres problemática!--¡No me quejo!- se defendió ofendida, mirándolo a los ojos -Es solo que me pregunto... ¿Cómo hiciste para comprarla? Ambos sabemos que no eres exactamente adinerado- señaló
-¿Acaso recibiste una herencia de la que yo no sé o algo así?--Qué idea más absurda- bufó él. Ambos se encontraban recostados en el área de entrenamiento que habían usado desde niño -Por supuesto que no... ¿Recuerdas la última misión de rango S?-
-Si-
-Bueno, hubo un par de inconvenientes que la Hokage no previó y cobramos algo extra por lograr completarla exitosamente a pesar de todo- suspiró -además, ahora también soy el secretario del Hokage, eres extremadamente exigente y demandante ¿Lo sabías?-
-¡No lo soy!- chilló molesta, incorporándose para mirarlo fijamente a los ojos. Pero Shikamaru seguía riendo -Simplemente soy detallista y me gustan las cosas bien...-
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Hasta que la muerte...[Finalizada]
FanfictionTodos creemos que cuando encontramos la felicidad esta puede ser eterna pero aveces no lo es, un hecho inesperado puede arrabatarla de nuestras manos. Los invito a leer un emocionante Shikaino. Los personajes no me pertenecen y la historia es un rem...