Hasta que la muerte...[Finalizada]

VI: Distante

Despertó con la calidez de los cegadores haces de luz dorada provenientes del exterior, la débil pero abrasadora claridad comenzaba ya a fastidiarla. Haciendo pantalla con una de sus manos se incorporó lentamente, sólo para notar el vacío espacio en la cama junto a ella. Se recostó una vez más, el lugar que Shikamaru había ocupado estaba ya frío por lo que debía hacer pasado bastante tiempo desde que había abandonado su lugar en el colchón junto a ella.

Y ante la idea no pudo evitar sino sentirse algo decepcionada, si había algo que odiaba era despertar sola.

Entonces recordó la conversación que ambos habían mantenido la noche anterior, su reacción quizá había sido exagerada y algo brusca. En verdad no había querido ser tajante con el tema pues sabía que aquello era importante para él sin embargo realmente había querido hacerle saber que aún no estaba lista ¿Estaría él enfadado aún con ella por eso? Quizá por eso no estaba Shikamaru en la cama a su lado. Ino debía admitir que no era algo habitual que el moreno se levantara antes que ella, mas aún ni siquiera eran las 10 de la mañana ¿En qué estaba pensando?

Saliendo finalmente de la cama se vistió y rápidamente se dispuso a bajar hacia la cocina, donde esperaba encontrarlo.

-¿Shika?- preguntó al entrar a la cocina, lo que vio en el interior la sorprendió. Shikamaru ya había hecho el desayuno y estaba sentado en la mesa plácidamente disfrutando de su té.

Por un breve instante levantó la mirada, su expresión aburrida siempre habitual pasmada en su rostro, y volviéndose a lo suyo contestó.

-Buenos días- Ino permaneció en silencio, contemplándolo fijo. Intentando descifrar si debajo de aquella máscara de indiferencia escondía algo más. Sin embargo no pudo identificar nada, simple cansancio y aburrimiento.

-Buenos días...- se acercó a su asiento, sin apartar los ojos de su esposo, y contemplándolo de reojo preguntó
-¿Por qué te levantaste tan temprano?- el chico se encogió de hombros.

-Cosas que hacer- replicó, aún sin levantar la mirada. Ino sintió su estómago tensarse y formársele un nudo en su interior, ciertamente él parecía algo más indiferente de lo normal.

-Estás enfadado?-

Arqueando una ceja la miró, aún bebiendo de su humeante taza -¿Por qué lo estaría?-

-No lo sé, por lo de anoche. Se que fui algo cortante con el tema y que es importante para ti y...-

-Ino- la interrumpió a secas -no importa-

-¿De verdad?- aún a pesar de las palabras de él el nudo en su estómago no parecía querer irse y es que a pesar de lo que sus labios decían el sentimiento no parecía llegar hasta sus ojos. Ni su voz, empero de decir que no le importaba sonaba lejano y distante.

-Si, no seas problemática.-

Observándolo ponerse de pié Ino volvió a sentir su interior constreñirse de forma dolorosa, y aunque el gesto había sido únicamente para dejar la taza en el lavabo Ino no podía evitar preguntarse si Shikamaru no querría estar en su presencia. Quizá intentaba alejarse de su lado, al menos por momentos, para olvidar lo sucedido la noche anterior.

-Shikamaru ¿Seguro que no estás enfadado?- esta vez su voz sonó más demandante. Él sin voltearse a verla, mientras enjuagaba la taza, asintió.