Hasta que la muerte...[Finalizada]

XVI: "Estrés"

Abrió los ojos pesadamente, contemplando la oscuridad a su alrededor con lentitud y confusión. Ya es de noche. Pensó, sintiendo una vez más esa fuerte puntada en las sienes. Otra vez tenía dolor de cabeza pero como habitual lo ignoró, sabía a que se debía pues últimamente sentía su cabeza más abarrotada de lo normal. Y todo se debía a la serie de sucesos desde la partida de Shikamaru. La cual cada vez se le hacía más importante.

Suspiró. Girándose en la cama para contemplar el techo en la penumbra de la habitación, apenas iluminada por el resquicio de luz que se filtraba desde debajo de la puerta. Chouji y Sakura se habían ido hacía mucho ya, la medianoche ya había pasado. Aquel era un nuevo día. Sola. Y aunque lo intentara, no podía evitar pensar en todo lo que las cartas decían. En especial la última, la del día anterior. De todas, esa era la que más dolía. La que más profundo calaba en su ser.

Otra vez, tenía insomnio. Últimamente pasaba a menudo. Ino solía tener un sueño donde estaba él aunque raramente la imagen se asemejaba a la real, a veces simplemente recordaba la presencia de Nara en el sueño pero nada más- para luego desaparecer, y en consecuencia se despertaba en medio de la noche, sudando frío y con los ojos vidriosos. Un intenso dolor de cabeza y un notorio revuelto en el estómago que le prohibía comer algo demasiado conciso, simplemente se limitaba a la fruta y algunas verduras. La leche, de repente, le parecía repugnante. El olor simplemente nauseabundo. Aunque, cierto, Ino nunca había sido muy fanática de ella. Por lo que se limitaba al té y al agua fresca. Aunque debido a su escasa dieta empezaba a sentir la debilidad en su cuerpo. Y por momentos sucedía que se quedaba dormida en cualquier lugar consecuencia también del mal descanso-ñ u olvidaba el lugar de las cosas, que había dejado cinco minutos atrás. Pero nada de eso le preocupaba, pues sabía muy bien porque Sakura le había explicado que aquellos eran síntomas del estrés e Ino estaba segura de que ya pasaría, en el momento en que Shikamaru regresara.

Estirando débilmente su brazo hacia la mesa de noche encendió la lámpara a su lado, cerrando fuertemente los ojos en respuesta al cambio de iluminación, hasta que ya no le molestó y volvió a abrirlos, observando una hoja de papel doblada a su lado. Cuidadosamente la tomó entre sus dedos y comenzó a releerla, deteniéndose en algunas frases particulares tales como: "Hoy será, probablemente, la última vez que pueda escribirte. Mañana comenzará la emboscada y realmente no sé como resulte todo", suspiró, seguramente Shikamaru estaría en aquellos momentos luchando, la sola idea le daba ganas de vomitar "No quiero que esta carta suene como una despedida (porque sé que las odias)", una lágrima escapó de sus orbes opalinas, Shikamaru estaba en lo cierto. Odiaba tener que despedirse de la gente, renunciar a aquellos que amaba, ya había tenido que pasar por esa situación una vez, con Asuma. No quería tener que pasarla otra vez. "Quiero que sepas que (...) no me arrepiento de nada", ante la frase se lo formó un nudo en la garganta y sintió de repente su boca seca y con sabor metálico. "Te extraño. Te necesito y te amo", el desgarro en su pecho se extendió, arrancándole un jadeo de desesperación. De dolor. "El momento ideal... no existe". El momento... no existía. Había pensado de igual forma ella días atrás, y ahora sabía que los dos pensaban lo mismo, pero nada había que pudieran hacer para recuperar el tiempo perdido.

La sensación árida en la boca se resintió de repente con la sensación de algo quemarle en su interior, una vez más esa sensación comenzaba a ascender. Sabiendo lo que venía apretó los ojos y corrió al baño, inclinándose sobre el escusado. Vaciando el contenido pobre de su estómago.

-¡Puaj!- se quejó, contemplando con los ojos vidriosos el interior del retrete. Lentamente se incorporó y volvió a la cama, pero antes de que pudiera llegar a recostarse todo se volvió negro y cayendo fuertemente contra el colchón perdió el conocimiento.