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Me levanto y me cambio a unos vaqueros grises, ajustados y con algunos rotos aquí y allá. Me pongo una sudadera y unas zapatillas de deporte. Me recojo el pelo en dos trenzas francesas y dejo que algunos mechones sueltos me caigan por la frente, me echo el inhibidor del olor antes de salir de la habitación. Cojo la chaqueta de cuero con corte asimétrico y la mochila y bajo las escaleras.

Entro en la cocina y Esme me sirve un plato con dos tortitas con miel y plátano y un zumo de manzana roja. Me tomo el desayuno rápido y entro en el salón con prisas.

- Eh, eh. Aún hay tiempo -dice Emmett, levantado los brazos como si le estuviese apuntando con un arma.

Me paro y me relajo. Alice me mira con esa mirada de aprobación suya hacia el conjunto. 

Edward aparece por la puerta y se acerca a mí. 

-No puedes ir en moto, está diluviando -me anuncia. 

-Lo he visto -aseguro mientras señalo los ventanales que rodean la casa-. Iba a preguntarte si podías llevarme hoy. 

Asiente. 

- Bueno...  -dice Emmett rotando la cabeza-. Casi que mejor nos vamos ya. No es de buen alumno llegar tarde. 

Edward niega con la cabeza mientras sonríe, y veo a Emmett lanzarnos una gran sonrisa mientras se acomoda en el sofá. Supongo que no todos podemos disfrutar de la vida de graduados de instituto. 

-Voy a por los libros -dice Edward antes de salir del salón.

Espero a que vuelva sentada en el sillón de la entrada. Cuando lo veo bajar por las escaleras me levanto rápidamente. Cuando vamos a salir Esme aparece y nos para.

- Esperad, chicos, quiero haceros una foto. Ya sabéis, un momento inmortalizado. Para la posteridad. 

Yo sonrío, pero Edward pone una mueca rara. Lo tomo del brazo y lo llevo de vuelta a la parte cerca de las escaleras.

- Venga, será divertido, nuestra primera foto juntos. Además, se supone que nos conocemos de toda la vida... y ni siquiera tenemos una foto juntos. 

De algún modo quita la mueca y medio sonríe.

-Chicos quiero algo casual, algo que no diga voy al instituto y lo odio, si no algo que diga... somos felices.

- Somos felices- dice Edward afirmándolo. Yo le doy un codazo y posamos el uno junto al otro.

- Perfecto chicos. Mirad la foto.

Nos acerca la cámara y la miro, aunque Edward se aleja hacia la puerta principal. 

-Gracias, Esme. ¿Serías tan amable de mandármela a mi e-mail? 

Ella asiente mientras sonríe y me ve marchar. 

El día transcurre sin ningún problema, aunque Mike se para a saludarme y a confirmar la salida de esta noche. 

-Sé que no estás en el equipo de Volleyball -comienza Jessica a decirme en la clase de Francés IV-, pero yo soy la capitana y... nos hemos quedado sin una jugadora para el partido de mañana. Llevo todo el día preguntando a todas las chicas de la clase de gimnasia pero ninguna quiere jugar -explica-. No sé porqué, la verdad. No somos tan... malas. 

Le lanzo una mirada rápida a Alice. Según la mirada de Alice, sí que son malas. 

-¿Estás libre mañana por la mañana? Si no consigo una suplente para el de mañana nos van a descalificar. 

-Eh... No lo sé -murmuro-. No estoy en clase de gimnasia por algo. 

-Sí, exacto, porque estás más centrada en otras cosas, se te ve. Y seguro que eres muy mala en los deportes, no te preocupes. No tienes que golpear la pelota ni nada, solo tienes que venir y estar allí junto con el equipo. 

LUNA DE SANGRE [CREPUSCULO...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora