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-Toma. Puedes usar esta maleta -dice Edward mientras cruza al interior de mi habitación con una sencilla maleta de tamaño mediano de plástico duro y color negro. 

-Gracias -digo mientras la tomo de entre sus manos y la dejo sobre el suelo tumbada para poder llenarla con la ropa que me llevaré al pequeño viaje que vamos a hacer. 

-Te aconsejo que cierres la puerta si no quieres que Alice se presente voluntaria para ayudarte a hacer la maleta -aconseja. 

Suelto una pequeña risa mientras niego y abro la maleta con las manos. 

-Seguro que no es tan malo... -digo con inseguridad mientras me acuerdo de su insistencia a la hora de elegir un traje para el Baile de Invierno y lo poco indicado que era para usar la moto. 

Chasqueo la lengua. 

-Tienes algo de razón -le digo-. En realidad no quiero dejar que me llene la maleta con trajes elegantes -admito. 

-No seas tan exagerada -dice Alice mientras entra en mi habitación, cargada con ropa guardada en fundas-. Además, necesitas un nuevo y bonito armario para la nieve -añade con retintín-. No has traído ropa adecuada para esquiar. 

-¿Esquiar? -pregunto confundida mientras la ayudo a guardar lo que ha traído dentro de la maleta, bajo la atenta mirada de Edward, que mantiene las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones. 

-Sabes esquiar, ¿verdad? -pregunta con cautela-. Si te caes no podría verlo -añade. 

-Sí -respondo con rapidez-. Sí que sé. Pero no sabía nada de esto. 

-Se suponía que era una sorpresa -apunta Edward molesto-. Hasta que Alice ha decidido irse de la lengua... 

Me encojo de hombros. 

-Bueno, ha sido una sorpresa... solo que anticipada -digo, quitándole importancia. 

El viaje a Denali lo hago en el coche de Carlisle, mientras que Alice, Jasper y Edward van en otro coche. Me paso todo el viaje durmiendo porque lo realizamos por la noche, para llegar justo antes del amanecer. 

-Es encantador volver a verte, Ophelia -dice Carmen cuando se acerca a saludarme, mientras ayudo a bajar mi maleta del coche-. ¿Qué tal te va el instituto?

-Muy bien, gracias -respondo con una sonrisa mientras la nieve desciende sobre nuestras cabezas de una forma muy suave, casi imperceptible para un ojo humano normal-. Me alegro mucho de volver a veros también -añado mientras la sigo hasta los demás, tirando de mi maleta sobre la nieve, lo cual no es fácil. 

-¿Te ha gustado el libro? -pregunta Eleazar mientras me detiene y toma mis manos entre las suyas para saludarme, con su mirada dorada clavada en la mía y con una expresión de afecto e interés que es casi abrumadora. 

-Me ha servido de mucha ayuda -respondo-. Aunque tengo algunas dudas... -admito. 

-Intentaré ayudarte a resolverlas -propone-. Quizás te ayude ver las cosas desde otro punto de vista. 

Sonrío en respuesta, antes de que él se ofrezca a llevar mi maleta el resto del camino. 


Los Denali me han instalado en una habitación de invitados, donde Edward también ha dejado su ropa para que no ocupe otra habitación solo para eso. Después del almuerzo doy un paseo con Edward para explorar la zona por primera vez, algo así como ir de excursionismo. 

-¿Puedes hacerme algunas fotos? -le pregunto mientras le ofrezco mi teléfono. 

-¿Para qué quieres las fotografía? -pregunta mientras toma el móvil y abre la cámara, apuntando hacia mí mientras me apoyo en una gran piedra cubierta de nieve.

LUNA DE SANGRE [CREPUSCULO...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora