17

802 53 1
                                    

Rachel Black, la hermana de Jacob, me ha enviado una petición de amistad a Facebook, y la he aceptado. Sin embargo, me ha sido difícil ignorar los mensajes de mis amigos, preguntándome todos por qué he abandonado el colegio de un día para otro y por qué no hay ni rastro de mí o de mis padres. 

-Carlisle -digo mientras llamo con delicadeza a la puerta de su despacho. 

Él me hace un suave gesto con la mano para que pase al interior. 

-¿Te pasa algo? -pregunta, su rostro cubierto de una máscara de preocupación y cautela. 

Le muestro el chat del móvil con los mensajes de mis amigos. 

-¿Qué crees que debo hacer? -pregunto mientras tomo asiento frente a su mesa de escritorio. 

-Las cosas han cambiado rápidamente -me recuerda-. Al igual que si te hubieses convertido. Si yo fuera tú, intentaría que todo sea lo menos traumático posible. Invéntate una excusa y recuérdales lo importantes que siempre serán para ti. 

Agacho la cabeza mientras suelto un suspiro tembloroso. La levanto de nuevo para mirar a Carlisle y asentir. 

Le escribo un mensaje, creando un grupo conjunto, en el que les hago saber mis padres y yo hemos tenido que irnos del país rápidamente porque a mi padre lo han trasladado aquí y que con la mudanza apresurada no me ha dado tiempo a nada.  Les prometo que siempre seremos amigos, que los llevaré en mi mente allá a donde vaya y que, algún día, volveremos a encontrarnos. 


Edward interrumpe mi tiempo de televisión cuando deja caer sobre la mesa de café un montón de papeleo. Pego un bote en el sitio cuando suenan al chocar contra la mesa y le lanzo una mirada confundida. 

-Solicitudes de universidad -señala. 

Entrecierro los ojos hacia él antes de echar una ojeada a los papeles. 

-No sé si voy a ir a la universidad -murmuro. 

Edward se sienta a mi lado en el sofá. 

-Formaba parte de tu plan -me recuerda. 

Levanto las cejas. 

-Muchas cosas formaban parte de mi plan, que ni siquiera era sólo mío -señalo-. Además, había otro paso antes de este. 

Toma mis hombros con suavidad y me gira un poco para que lo encare y lo pueda mirar directamente a sus ojos. El ámbar brilla con intensidad, señal de que no hace mucho se ha alimentado. 

-Ophelia -dice mi nombre con suavidad, para captar toda mi atención-. Tú vida no termina con la muerte de tus padres -asegura-. El planeta está lleno de gente que ha tenido que recurrir a su plan B, C o incluso X. Tú controlas tu destino. 

Niego con la cabeza. 

-Ya jamás tendré lo que siempre quise -susurro mientras tiemblo. 

-Dijo todo el mundo en algún punto de su vida... -murmura mientras alarga una mano y toma las solicitudes-. Todas estas universidades estarán orgullosas de tenerte como estudiante y... graduada -asegura con una pequeña sonrisa dibujada en el rostro-. Una mente brillante, requiere una universidad brillante. 

Deja las solicitudes sobre mi regazo. 

-Me voy a encargar de ayudarte a rellenar las solicitudes y responderé todas tus preguntas -asegura mientras me aprieta una mano. 

-¿Y Jacob? -pregunto en voz alta. Alzo la mirada pensando en ese chico, que casi nunca lleva camiseta y que me prometió que saldría de este agujero negro. 

LUNA DE SANGRE [CREPUSCULO...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora