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Hace demasiado sol. 

Cuando vives con vampiros durante toda tu vida aprendes a asociar la palabra "sol" con "demasiado". Mi vida realmente nunca se ha detenido por culpa de su brillantez. Durante algunos años, pasaba las semanas del curso escolar en el colegio, interna con mis mejores amigos, y únicamente volvíamos a casa los fines de semana. Supongo que por eso nunca me apunté a algún equipo deportivo; ni a fútbol, ni a hockey sobre hierva, los más populares de nuestro colegio. El sol impediría que mis padres estuvieran allí para animarme, y perdieron su atractivo por completo. En su lugar, acudía yo para apoyar a mis amigos desde el público. 

No soy de deportes de equipo, me gusta jugar sola. Creo que nunca se me ha dado bien contar con alguien, en parte es por eso por lo que me da miedo lo que Jacob dice que esto se supone que es. Con mis padres era fácil, respetábamos nuestro espacio cuando lo necesitábamos, y sabía que seguirían respetando mis deseos tras convertirme.  

-¿Vas a salir? -pregunta Edward desde detrás del ordenador de mesa. 

-Sí, hace un día precioso. ¿Verdad? -digo mientras me coloco una gorra negra en la cabeza. 

Edward se encoge de hombro tras mirar unos segundos hacia el boscoso exterior. 

-Avisa si necesitas algo -dice como despedida. 

-No me lo pensaría dos veces -aseguro con un guiño. 

Edward suelta una pequeña risa a mi espalda mientras salgo de la casa. Nada más coger el casco de la moto me percato de que ha sido una mala idea lo de ponerme la gorra para ir en moto. Me la vuelvo a quitar y la cuelgo del manillar hasta que llegue al lugar. 

-Han salido -me dice el señor Black sin ni siquiera saludarme tras abrir la puerta principal.

-¿Sabe sin van a volver pronto? -pregunto, echando un vistazo al interior, por si acaso me estuviera mintiendo. 

Aunque tampoco hay rastro de Rachel. 

-¿Y Rachel? -pregunto, sin denotar demasiada curiosidad. 

-En la playa -responde con la suficiente educación como para dejarme saber que no me odia, al menos, a muerte. 

Asiento antes de conocerme la gorra de nuevo. 

-¿Podrá decirle a Jacob que estoy allí también? -le pido antes de irme. 

Dejo la moto donde está y decido caminar hasta la playa, que no está demasiado lejos. Al principio me cuesta encontrar a Rachel, pues pensaba que estaría sentada en la arena mientras leía o algo... Pero no, se encuentra en la lejanía, caminando. 

Tengo que acelerar el paso para llegar hasta ella, vestida con pantalones cargo verdes y zapatillas de deporte. 

-Hey -saludo justo cuando llego junto a ella, después de llegar casi corriendo. 

Ella me mira durante unos segundos, sorprendida de verme allí, justo a su lado. 

-Hola -saluda con genuino entusiasmos, antes de darme una especie de abrazo-. Has vuelto -comenta. 

Asiento. 

-Sí -confirmo-. No sabía cuándo volveríamos. 

-¿Y qué tal ha estado tu año nuevo? -pregunta mientras las dos continuamos hasta donde ella nos esté guiando-. Vi las fotos en Facebook -señala-. El sitio parecía muy bonito. 

-Edward me ayudó con las fotos -admito-. La verdad es que... lo he pasado bastante bien, teniendo en cuenta las circunstancias. 

Ella hace una especie de mueca. 

LUNA DE SANGRE [CREPUSCULO...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora