¡Déjame tranquilo! ||Harry Potter Y Tu

CAPÍTULO SEIS

Eran muchos. Decenas de escarbatos modificados geneticamente que se acercaban a ella de forma amenazadora.

Desde luego, experimentar con criaturas mágicas estaba prohibido, pero no había duda de que, a quien hubiera hecho eso, le importaba un maní.

Tomó su varita y apuntó a un escarbato.

—Depulso.

No ocurrió nada. Y vaya, tal vez si Hermione estuviera allí podría ayudarla. Pero estaba sola, y no podía recordar algo que le fuera útil en ese momento.

Se lleno de angustia, con el presentimiento de que si no se daba prisa, algo malo le ocurriría a Harry.

Y hablando de Harry... ¿Cómo es que salía el siempre de las situaciones riesgosas?

Por ejemplo, cuando era un crío de primer año derrotó a un troll. Claro que no lo habría conseguido si Ron no hubiera usado el hechizo levitador...

«Un momento... eso podría funcionar».

—Winwardium Leviosa.

Resultó, pero no del todo bien. Solo había levantado a uno, y si hechizaba a otro, el primero se caería.

Pero... ¿por que todavía ninguno la atacaba?

Sólo estaban allí, tratando de intimidarla.

Siguiendo su instinto, se acercó a uno, el cual de inmediato retrocedió. Se quitó la banda con la que se sujetaba el cabello y se la arrojó, para ver con sorpresa como atravesaba al animal.

—Son... ilusiones... espejismos...

Ahora la pregunta era como salir de bajo tierra.