CAPÍTULO DIECISIETE

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Harry estaba volviéndose más tímido que de costumbre. Le tomó casi un mes sentirse con el valor de acercarse a _____, y cuando lo hizo, resultó un desastre.

La Hufflepuff le daba mimos a un pequeño gato color amarillo (probablemente su nueva mascota), cuando el ojiverde se sentó a su lado.

—Emm... _____...

Tenía las mejillas tan rojas que hasta el cabello de Ron se sentiría pálido.

—Oh, hola, Harry. ¿A qué se debe tu compañía?

Él se rascó la nuca y guardo silencio.

La metamorfoga pasó tres minutos observando al chico, esperando alguna reacción.

Finalmente se llevó la palma de la mano a la frente.

—Oh, Potter, no me digas que es por lo que pasó con Trelawny...

Más, más y más rubor.

—Mira, olvidalo ya. Sé que estás acostumbrado a ser tu quien salvas a todo el mundo, pero yo no le he dicho a nadie. Tu secreto está a salvo conmigo.

Él dio un pequeño salto.

—¿Qué?

—Enserio, deja de sentirte mal por eso. Yo no seguiría viva si no me hubieras rescatado de los mortifagos.

Harry se quedó callado. Así que ella se unía al club de los que piensan que tiene complejo de héroe.

—Oh, okay. Gracias, supongo...

Se levantó de su lado y, sin despedirse, se marchó de allí.

¡Déjame tranquilo! ||Harry Potter Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora