"¿Desde cuándo es tan lento un Aveo?
Dios, debe de estar bromeando.
¿A qué velocidad vamos, veinte kilómetros por hora?
No puede ser, una bicicleta nos acaba de rebasar.
Vamos a morir aquí, vamos a morir aquí y todavía no habremos pasado este puto alto.
¿Sí lo asusto manejará más rápido?
Me voy a bajar a tomar el camión, lo juro".
— Este... ¿Cherry? — el italiano dudó, llamando la atención de la estudiante de cine en el asiento de copiloto y recibiendo un murmuro para que prosiguiera, pues estaba demasiado ocupada observando su celular como para responder con palabras reales.
— ¿No puede ir más rápido este auto? — preguntó, elevando ligeramente su tono para asegurarse de que Isaac recibiera la indirecta.
— A este paso habría llegado más rápido en camión.
— Manejado lento se quema menos combustible, contaminando menos además de que reduce el riesgo de accidentes — el castaño exclamó, dedicándole una mirada de tranquilidad.
— Sí, bueno, esta es una emergencia, y, normalmente, cuando hay una emergencia quieres llegar allá lo MÁS RÁPIDO POSIBLE.
— Es mejor llegar seguros que no llegar — Isaac seguía insistiendo, haciendo que el italiano se lanzara hacia atrás con un gruñido.
— ¿Por qué no manejaste tú? — preguntó, dirigiéndose a la chica de piel bicolor.
— Le pedí un carro a mi madre a los dieciséis, pero no me dejará sacar la licencia hasta que cumpla diecinueve — musitó, ni siquiera ligeramente perturbada por la frustración de su amigo.
— Pero cuando necesito un chofer nunca elijo al señor "la mantequilla es maltrato animal" por una razón, Alessandro.
— ¡Hey! Tú pensarías igual si supieras de las condiciones en que tienen a esas vacas.
Cherry bajó su teléfono, dando señales de que estaba lista para iniciar una pelea.
— Eres capitán del equipo de fútbol y manejas como abuela, ¿qué demonios salió mal?
— El deporte tiene reglas, Cherry, eso lo hace seguro. Cuando manejas, hay muchas personas que ignoran las leyes de tránsito, por lo que debes ser el doble de cuidadoso en caso de que te encuentres con una alguien así.
— Dios, eres como hablar con mi madre, "no regreses antes de las doce", "no manejes tan rápido", "no comas pizza de desayuno", "no te quedes hasta la mañana con el celular", "no te avientes clavados desde el puente", no-
— Espera, ¿¡te tiraste desde el puente!?
— ... ¿Sí?
— ¡Cherry! ¡No puedo creer lo irresponsable que eres!
— Había agua, no tiene nada de malo.
— Oh, no, no tiene nada de malo, sólo el hecho de que es COMPLETAMENTE ILEGAL.
— Ay ya, tranquilízate, ni siquiera nos vieron.
— Ah, entonces ibas con un grupo, vaya — el chico negó con la cabeza.
— Algo así pudo haberte sacado de la universidad, ¡incluso pudiste haber ido a la cárcel! ¡Imagínate a tu madre teniendo que ir a sacarte de prisión!
— El papá de Sophie nos hubiera ido a sacar, jamás se hubiera tenido que enterar.
— No, Cherry, no todo es así de fácil, la sociedad tiene reglas por una razón. Escucha, tu mamá ha estado hablando conmigo, está preocupada Cherry, conoce las tonterías que eres capaz de hacer.
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Cat-a-clysm
Teen Fiction¿Qué les está sucediendo a los gatos? Oliver, la mascota de Alessandro, ha comenzado a hablar. De la noche a la mañana, así como así y con ganas de decir todo lo que no ha dicho en sus cinco años de vida gatuna. Después de él lo hizo Anhura, luego N...