Decisión

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— Parecía un trabajo prometedor la primera vez que me lo ofrecieron — Camilo musitó con su frente recargada en su mano, pareciendo arrepentirse de una y otra cosa con cada segundo que pasaba.

— Por toda mi vida había saltado entre trabajo y trabajo. Unos meses aquí, unos meses allá... no parecía nada fuera de lo común: investigaciones en animales y el cerebro, lo de siempre... lo... lo común.

Isaac se había quedado completamente callado desde que las imágenes del laboratorio se habían reproducido en el viejo televisor. En su rostro estaba colgada una insípida mueca seria extraña a sus facciones usualmente expresivas.
Cherry había notado esto, intercambiando miradas preocupadas con Alessandro y sabiendo perfectamente que su pequeña aventura de gatos parlantes se había de pronto pintado como algo más...

Complicado.

— Sparrowhawk no tenía nada diferente al resto de los laboratorios en donde había trabajado y yo... yo me confié, supongo... demonios, me confié demasiado, debí de haberlo sabido en cuanto descubrí que sus huellas sociales estaban siendo activamente borradas... pero que tonto fui, ¡fui un completo pendejo!

El hombre parecía tener un sinfín de cosas embotelladas en su cabeza, saliéndose en forma de palabras a toda velocidad por sus labios una vez que la oportunidad de hablar acerca de ello se había presentado.
... Se notaba que le hacían falta amigos.

— Las cosas se empezaron a poner turbias cuando le asignaron a mi ala una tarea peculiar: el estudio de los PEF, o "Pulmones Exteriores Funcionales". Querían hacer que un par de pulmones de primate funcionaran con órganos respiratorios en un frasco conectados hasta su cuerpo con una tráquea orgánica y flexible... de lo más extraño, claro, pero la biología siempre ha sido extraña, y mis superiores debieron de haber tenido sus razones... al menos eso fue lo que pensé.
Pero traían chimpancé tras chimpancé, mono tras mono, macaco tras macaco, cada uno para abrirlo como piñata sin mucha importancia y con la simple instrucción de "esfuércense, y cualquier sujeto extra necesario asegúrense de solicitarlo cuanto antes".
Yo... lo intenté, claro que lo hice, era mi trabajo, ¿qué otra cosa pude haber hecho? Pero fue hasta que vi pasar al quinto animal bajo una cubierta blanca que decidí ponerme a... investigar.

Camilo se talló el rostro, señalando a los CDs en la mesa.

— Esas son sólo algunas de las cosas que descubrí allá adentro... Dios, la cantidad de resultados experimentales que guardaban en ese sótano estaba a kilómetros de ser legal.

— ¿Y... qué hiciste? — Cherry preguntó, haciendo que el hombre torciera los labios.

— Había firmado un contrato, jovencita — explicó, la culpa tintando su rostro como el leve olor a polvo y café que pintaba la pequeña casa repleta de cajas y carpetas.

— No podía renunciar hasta dentro de varios años, así que intente recopilar la mayor cantidad de información en formato físico y continúe trabajando con un perfil bajo, haciendo lo que me decían y buscando la forma de proceder con  mi siguiente movimiento hasta que... me atraparon.

Camilo tomó un sobre que había sacado de una de las miles de cajas que parecía identificar perfectamente. El papel estaba desgastado por los años, la caligrafía en cursiva ya ilegible y las marcas de dónde el sello había sido arrancado estaban sucias con manchas de lo que parecía ser café.
Cherry tomó la hoja delicada de adentro: la formalidad de sus contenidos ciertamente los hacía ver como un documento legítimo, pero una breve leída los hacía dudar de sí en realidad algo así podía ser legal.

— Aparentemente había una cláusula en el contrato firmado que sentenciaba mi inhabilidad de tener muestras fotográficas, audiovisuales, videográficas, de audio, en texto o digitales de lo que sucedía en las instalaciones de Sparrowhawk fuera de las mismas. Mi falta a esta regla podría ocasionar-

Cat-a-clysmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora