— ¡Está claro como el agua, Alessandro! ¡No entiendo como no lo pude ver desde el principio!
— Isaac cállate, que vergüenza.
Los tres jóvenes se encontraban en la cafetería, sentados en la mesa más alejada y dejando que el característico aroma del viernes de pizza les llenara los pulmones.
— Cherry, estamos frente a lo que podría ser un acontecimiento histórico en la ciencia, ¿Acaso no te emociona? — el chico sonrió, indiferente ya a los comentarios hirientes de la morena.
— Oh, sí, súper emocionada — le respondió con sarcasmo, sorbiendo de su dulce y brillante café helado.
— No hay nada que me emocione más que un par de inadaptados conspirando en Reddit.
Isaac regresó la vista a su celular, ignorándola y metiendo un bocado de su ensalada frutal a su boca.
— Lo que sea que nos lleve más cerca a resolver este problema es bienvenido — Alessandro suspiró, pasando una mano por su rostro en cansancio.
Fiorella le había recomendado meditar. Según ella, lo que le estaba haciendo falta era "conectarse con el universo y recuperar la esencia de su alma".
Las instrucciones que le había dado eran: cerrar los ojos y respirar profundamente cuatro veces, pensando en lo que le está causando estrés e idealizando una forma de resolverlo.
Todo lo que eso había logrado era que se durmiera en todas sus clases.
— Alex tiene razón, una teoría es mejor a cero teorías — la mochila en sus piernas habló, causando que Cherry pegara un pequeño salto.
— ¿¡Pero qué mierda!?
— Cherry cállate, que vergüenza.
La chica le dedicó una mirada irritada a Isaac.
Una redonda cabeza anaranjada se asomó de la mochila con curiosidad.
— ¡Hey! ¡Hola, Cherry!
Alessandro acarició a Oliver un par de veces; lo tenía sin cuidado el hecho de tener al gato completamente al descubierto, pues sabía perfectamente que... bueno, que nadie les prestaba atención en realidad.
No eran... cómo decirlo...
No eran populares.
— ¿¡Cómo se te ocurre traerlo a la escuela!? — la morena le reclamó exasperada, susurrando de forma agresiva.
— A mí también me da gusto verte — el felino volteó los ojos, extendiendo su pata y hundiéndola en el trozo de pizza del italiano.
— No es una muy buena influencia para los demás gatos, mejor dejé a Atlanta a cargo a ver si eso hace que se comporten mejor — el chico musitó, tomando su almuerzo y metiéndolo a su boca mientras Oliver se lamía la pata.
Cherry frunció el ceño, su disgusto rebasaba niveles inimaginables.
"¿Cómo llegamos a esto?" su rostro leía.
— ¿Qué fue lo que descubriste, Isaac? — el italiano preguntó, masticando ruidosamente.
— Escucha, Alex — comenzó, recordándole de pronto a aquel curioso "ufólogo" que solía ver en History Channel cuando tenía trece años.
— He estado teorizando en Reddit por varias horas con dos usuarios: LeCerveau09 e H1st0ri4dor, cuyos nombres reales son Antoine y Zuka. Los conocí en los comentarios del post de Dina, uno de ellos es de Francia y el otro-
— Al grano, Isaac.
— Claro, sí, sí... bueno, habíamos hecho varias teorías acerca de por qué los gatos pudieron haber comenzado a hablar, pero esta es la que nos ha llamado más la atención.
ESTÁS LEYENDO
Cat-a-clysm
Teen Fiction¿Qué les está sucediendo a los gatos? Oliver, la mascota de Alessandro, ha comenzado a hablar. De la noche a la mañana, así como así y con ganas de decir todo lo que no ha dicho en sus cinco años de vida gatuna. Después de él lo hizo Anhura, luego N...