Amnesia felina

94 21 0
                                    

Los jovencitos ladearon la cabeza, sus ojos concentrados en un sólo círculo que había sido dibujado con gis en el centro de su casa abandonada.
A su lado estaba Allan, el gato, que los miraba fijamente esperando que le explicaran qué significaba pese a que él mismo lo había dibujado.

— ... Tiene... un triángulo — Bernadette Charpentier señaló lo obvio, jugueteando con su cabello mientras fingía ponderar seriamente, pues no se le ocurría nada y el círculo no la hacía pensar en más que el hecho de que Allan era buen dibujante para no tener pulgares.

— Sí, bueno, gracias, jovencita — el felino blanco volteó los ojos.

— Es un alivio saber que tenemos a alguien tan observadora en la habitación.

— Ay, sí te crees tan inteligente, ¿por qué no nos dices tú que es lo que dibujaste? — le replicó, rompiendo con sus muelas un dulce de corazón azul.

— No le preguntes cosas al gato parlante, él no tiene las respuestas — el gato frunció el ceño.

Antoine caminaba en círculos alrededor del dibujo, una pluma descansaba en su boca y una libreta estaba aferrada fuertemente s su cuerpo.

— Entonces tú... ¿sólo lo dibujaste?

— Cerré los ojos y de pronto estaba aquí — Allan asintió, sus patas esponjosas estaban sucias con la tizna que decoraba el suelo y su mueca de desagrado mostraba que no le gustaba eso del todo (bueno, ¿pero qué le gusta a Allan, en realidad?).

El chico se mordió la mejilla, anotando algo rápidamente.

— Parece el escudo de algo — Jules señaló, habiendo atado sus mechones largos en una pequeña cola rizada y descansado finalmente de su videojuego.

— Ya saben, como el de los Thundercats, o el de Falcon.

Podría ser — Victorie asintió.

— Normalmente tienen un círculo rodeando el dibujo... así como ese.

— ¿Pero escudo de qué? — Antoine pensó en voz alta, golpeteando el costado de su cuadernillo con el plástico mordisqueado de su pluma.

— ¿Escudo de qué...?

Desde que habían encontrado al felino parlante sus vidas no habían hecho más que complicarse y complicarse.
Y complicarse y complicarse y complicarse.

Bernadette había reprobado matemáticas y todo porque había puesto más atención en el mal humor de Allan que en sus clases, ¡jamás en su vida había reprobado nada y ahora un tres le sacaba la lengua en su boleta de calificaciones!
La ponía terriblemente nerviosa pensar en qué le iba a hacer su madre.

Era una mujer amable (a simple vista), pero cuando se enojaba podía llegar a asustar a cualquiera.
Y el hecho de que su hija reprobara matemáticas en su último año de secundaria seguro la enojaría bastante.
Casi podía escucharla gritándole desde ahí, aguardándola en casa con un zapato empuñado amenazadoramente...
Esa mujer le daba escalofríos.

Después de algunas horas se despidió de sus amigos; Antoine planeaba quedarse un poco más de tiempo (posiblemente toda la noche) en "el búnker" y Gabrielle lo acompañaría cuál ovejita embobada por un cascabel.
Esa chica no se esforzaba en absoluto por ocultar que el chico la hacía suspirar... pero Antoine no era del todo observador cuando hablamos del amor, y verlo resolver acertijos tan rápido como podía hacerlo realmente hacía que la rubia levantara una ceja, viendo como no se había dado cuenta en absoluto que Gabrielle jugaba a "cuánto tiempo puedo quedármelo viendo a Antoine".
Su resolved actual es cinco minutos completos.

Cat-a-clysmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora